EDITORIAL
Acreditación y
calidad de los programas de formación profesional en
medicina.
Accreditation and quality of medical education
Marcelo A. Yorio
Revista de la Facultad de
Ciencias Medicas 2009; 66(2):
Profesor
Adjunto, Unidad de Medicina Interna, FCM- UNC. Jefe
del Departamento de Medicina Interna, Hospital
Córdoba. Jefe del Servicio de Clínica Médica,
Hospital Italiano de Córdoba.
La calidad en la educación superior
es una preocupación importante en prácticamente
todos los países del mundo. Muchos factores lo
explican: la diversificación de las instituciones,
la competencia entre ellas por ganar a los
estudiantes, los cambios en el modo de producción de
los conocimientos, el interés por resguardar el
nivel y la pertinencia del aprendizaje, los
requerimientos de la globalización, la necesidad de
homologar las condiciones en las nuevas regiones
creadas y el sentido y la idoneidad de los estudios,
figuran entre los mas destacados. Hoy, alrededor de
cuarenta países en todos los continentes han
adoptado o están adoptando mecanismos formales para
dar garantías a la fe pública de la capacidad de
quienes ejercen su profesión en un campo de
conocimientos y destrezas tan crítico como es la
salud. La mayoría de éstas iniciativas no tienen más
de veinte años, salvo en Estados Unidos, donde la
acreditación de Escuelas de Medicina se disparó a
partir del informe Flexner, en 1910. La trayectoria
latinoamericana en este campo es interesante porque,
se encuentra entre las más sistemáticas. En efecto,
en Argentina, Brasil, Chile, Colombia y México,
entre otros países, distintos sistemas de
acreditación se han puesto en práctica desde los
comienzos de la década de los 90. Los sistemas, en
su mayoría, se refieren al uso de la acreditación
como forma de alcanzar los estándares de calidad
definidos en los propósitos buscados por cada país.
También se han desarrollado experiencias regionales,
tanto en el MERCOSUR como en Centroamérica, con
procesos aún en marcha. En el año 2000, se
constituyó un Consejo Internacional de Acreditación
de Facultades de Medicina de Argentina, Brasil,
Chile, Paraguay y Uruguay, en el que trabajaron los
decanos con la pretensión de considerar la
acreditación como una eficiente herramienta auxiliar
para el progreso y cambio en la formación médica de
los países del Cono Sur.
En la última década se ha
producido un clamor insistente desde foros
internacionales, organismos supranacionales y
líderes relacionados con la esfera de la atención de
salud y de la educación médica, para darle una nueva
orientación a la formación del médico, de manera de
permitir una calidad de formación profesional que
pueda dar respuesta a las demandas de salud de la
población.
La cultura de la evaluación
propiciada por una toma de conciencia de la calidad
que debe mostrar el médico en el ejercicio de su
profesión y que refleja además la calidad del
proceso educativo, concluye inevitablemente, en la
acreditación de programas e instituciones
educativas. Para forjar esta cultura, es necesario
fomentar la capacidad de autocrítica mediante
procesos de autoevaluación, los cuales no se agotan
en los procesos de acreditación. Exige también, la
aceptación de una actitud evaluativa permanente, que
contribuya al desarrollo de las instituciones
educativas y su consecuente impacto en la asistencia
prestada. La cultura de la evaluación implica un
conjunto de mecanismos para vencer la inercia. Sería
muy mezquino pensar que este camino de evaluación de
la calidad suponga “juzgar y sancionar”; se
relaciona mas bien en considerar a los aspectos
físicos, recursos humanos y la organización de
labores como respuesta de un ejercicio de absoluta
planificación y de elevado cumplimiento, que
garantice los objetivos propuestos por cada escuela.
No será poco entonces garantizar que los
profesionales que se formen en una institución y al
amparo de un determinado plan allí desarrollado,
gozarán de la calidad suficiente para ser
recomendados en su acción a la comunidad.
Evaluar es emitir un
juicio de valor ético, es analizar una realidad
educativa, es ponderar la pertenencia social y
cultural de esa educación, es impulsar la
autocrítica para facilitar los cambios; permite
establecer exigencias y asegurar la calidad.
Acreditar es dar fe, dar credibilidad sobre algo,
calificar el nivel alcanzado con referencia al
objetivo. Calidad es un concepto comparativo que
requiere contrastarse con diversas realidades
nacionales e internacionales y con ideales
paradigmáticos. Son tres objetivos y procesos que se
conjugan simultánea y articuladamente. La evaluación
se realiza cada vez más sobre bases metodológicas
sólidas, cualitativas y cuantitativas, tales como:
la definición de criterios comunes, la
autoaplicación de estos criterios, la verificación
de su cumplimiento, la toma de decisiones en base a
resultados, el desarrollo de planes de seguimiento,
y la reevaluación de las instituciones. Acreditar,
entonces en todo el sentido expuesto, una carrera o
institución, consiste en dar garantía pública de que
dicha carrera o institución, cumple con un conjunto
previamente definido de criterios y estándares, y
además cumple con los propósitos con que ella misma
se comprometió ante la sociedad.
En Argentina, en la
actualidad, el sistema universitario está conformado
por 107 instituciones (40 Universidades Nacionales,
45 Universidades Privadas, 7 Institutos
Universitarios Estatales, 12 Institutos
Universitarios Privados, 1 Universidad Provincial, 1
Universidad Extranjera y 1 Universidad
Internacional) donde se dictan 32 Carreras de
Medicina,
un 40% de gestión estatal y un 60% de
gestión privada. En el 2008, según el Ministerio de
Educación, existían 71.154 jóvenes estudiando la
carrera de medicina: el 88% en universidades de
gestión estatal. En el año 2005 se graduaron 5296
médicos, teniendo en cuenta que el grado académico
habilita al ejercicio profesional a diferencia de
otros países.
La evaluación y acreditación
específica de programas y títulos universitarios
comenzaron en la República Argentina con la creación
de la Comisión de Acreditación de Postgrado que, en
1995, evaluó doctorados y maestrías, hasta la
creación de la Comisión Nacional de Evaluación y
Acreditación Universitaria (CONEAU) en 1996. La
sanción de la Ley de Educación Superior N° 24521 en
1995, convirtió en obligatoria la evaluación y
acreditación de las carreras de grado consideradas
de riesgo público, como es Medicina. El proceso de
acreditación, que debe hacerse cada 6 años, es
organizado por la CONEAU. Las atribuciones y
responsabilidades de CONEAU se limitan a la
acreditación de la carrera de Medicina a partir de
los estándares propuestos por AFACIMERA (Asociación
de Facultades de Ciencias Médicas de la República
Argentina) y aprobados por el Ministerio de
Educación de acuerdo con el Consejo de
Universidades. Durante el año 2001, CONEAU realizó
las primeras acreditaciones de carreras de medicina
utilizando 126 estándares según Resolución 535/99
del Ministerio de Educación. Entre 2005 y 2007 los
decanos de medicina y un grupo de consultores, a la
luz de la experiencia vivida, revisaron la
Resolución 535 y una nueva versión de los estándares
se presentó al Ministerio que formalizó la
Resolución 1314/2007.
Esta Resolución 1314/2007 establece
nuevos contenidos curriculares básicos (core
curriculum), carga horaria mínima y criterios de
intensidad de la formación práctica de la Carrera de
Medicina. Se describen 40 actividades o tareas para
adquirir competencias profesionales para la carrera,
organizadas en cuatro dimensiones. Este core
curriculum a su vez está organizado en tres ejes
curriculares: a) fundamentos científicos de la
atención del paciente, b) proceso
salud-enfermedad-atención en las distintas etapas
del ciclo vital, c) Medicina, Hombre y Sociedad. Se
establece además para la carga horaria mínima total
de la carrera de medicina 5500 horas, con un mínimo
de 3900 horas para la formación básico-clínica y de
1600 horas para la práctica final obligatoria (PFO)
>>internado rotatorio, pasantía rural u otras
denominaciones<<. Obliga también a la oferta de un
listado de actividades electivas dentro de la carga
horaria mínima total (Anexo II de la Res 1314/07).
Con referencia a Criterios de Intensidad de la
Formación Práctica, establece para el ciclo básico
40%, para el clínico 60%, y para la PFO 80% o sea
1280 horas. Define nuevos estándares para la
Acreditación de la Carrera de Medicina divididos en:
1) Contexto Institucional: 15 estándares, 2) Plan de
Estudios y Formación: 26 estándares, 3) Cuerpo
Académico: 7 estándares, 4) Alumnos y Graduados: 4
estándares, y 5) Infraestructura y Equipamiento: 15
estándares, siendo un total de 67 estándares que
están en vigencia en la actualidad y con los cuales
fueron evaluadas todas las Carreras de Medicina de
la Argentina, la última etapa de acreditación
llevada a cabo durante el 2009. Finalmente CONEAU
emite dictamen con diferentes posibilidades: a.
acreditación por 6 años, b. acreditación por 3 años
(ya sea por no cumplir todavía un ciclo completo o
bien si existen déficit solucionables a través de
una estrategia de planes de mejora que debe
aprobarse) , c. postergación del dictamen de
acreditación, d. no acreditación.
En el presente a nivel internacional,
la CONEAU ejerce la Secretaría de la
Red Iberoamericana para la Acreditación de la
Calidad de la Educación Superior (RIACES)
y participa activamente de las actividades
desarrolladas por la Red Internacional para el
Aseguramiento de la Calidad en Educación Superior (INQAAHE).
En el plano regional despliega una intensa actividad
que ha priorizado, por un lado, la cooperación con
aquellos países que se encuentran dando sus primeros
pasos en materia de evaluación y acreditación a
través del Curso de Actualización Profesional:
"Introducción a la evaluación y acreditación
universitaria" y, por el otro, el desarrollo del
mecanismo de acreditación experimental del MERCOSUR
(MEXA) destinado a facilitar la movilidad de
estudiantes y de profesionales dentro del espacio
conformado por los países miembro y asociados.
En el postgrado, la
evaluación y acreditación persiguen finalidades de
calidad y validación similares al pregrado, para lo
cual existen normativas específicas emanadas desde
CONEAU.
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2004 CIDAFAM, FUNDACIÓN OSDE.
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7.Secretaria de Políticas
Universitarias:
www.me.gov.ar/spu/index.html
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