2008     2010  Volumen 67  n° 1

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EDITORIAL


El desafío de mejorar la calidad de la Revista de la Facultad de Ciencias Médicas
The challenge of improving the quality of the Revista de la Facultad de Ciencias Médicas
Eduardo Cuestas.
Revista Facultad de Ciencias Medicas 2010; 67(1): 6-14


Editor Asociado.


Este editorial se escribe con motivo de la puesta en marcha de un nuevo método para circular y evaluar los manuscritos remitidos para valoración, incluye una breve semblanza de la trayectoria de la revista desde su aparición, un comentario sobre la necesidad de adaptar el nuevo proceso editorial a las recientes tendencias en el mundo de las publicaciones biomédicas, y algunas consideraciones sobre la conveniencia de contribuir a la revista; este último apartado está dedicado a los más jóvenes, que han de ejercitarse en la dura disciplina de investigar y de escribir. Además, se recalca la importancia del cuidado de este valioso instrumento que los universitarios cordobeses nos hemos otorgado, advirtiendo contra cualquier actitud de relajación; apoyada en la creencia de que Revista de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba es un árbol firmemente enraizado y que puede crecer por sí sólo.
La Revista de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba nació en un momento del devenir de la Facultad de Ciencias Médicas, en el que seguramente todavía no se contaba y aún hoy no se cuenta, con un grupo de investigadores que contribuyan a formar la masa crítica necesaria para nutrir una publicación periódica, pero se tuvo la visión de que un día en el futuro así sería.
En la tarea editorial se ha ido desarrollando muy lentamente una mentalidad más abierta y un hábito más democrático; lo que ha permitido incluso que algunos de los miembros de nuestra comunidad universitaria se hayan mostrado capaces de publicar en revistas extranjeras con un alto nivel de exigencia para la aceptación de originales. Para sostener la calidad de la publicación se debe formar un grupo humano realmente preparado para sostener una publicación periódica propia, en la que reflejar las actividades científicas, académicas y docentes, así como otros aspectos relevantes de la vida universitaria y el ámbito profesional. El actual Comité Editorial ha revertido el atraso sistemático en la aparición de la revista, de 2 años a 6 meses en la actualidad. Se espera para el próximo año lograr la puesta al día de la edición. Este hecho implica el riesgo potencial de perder la condición de revista indexada en diferentes bases de datos nacionales e internacionales.
No debe dejar de resaltarse que gracias a la ayuda de un comité editorial numéricamente escaso y puramente local (compuesto sólo por miembros de la facultad) se editaron numerosos volúmenes de la revista. La experiencia de los miembros del comité editorial en la evaluación de trabajos era prácticamente nula, ya que casi ninguno formaba parte entonces, de comités de otras revistas y algunos ni siquiera habían realizado publicación alguna, por lo que su capacidad para actuar como revisores era muy limitada, e incluso cuestionable. En cualquier caso, se trataba de iniciar el camino y aprender. Sin embargo, el mérito mayor en el lanzamiento y consolidación de la revista ha sido siempre, pero más particularmente en aquella era inicial cuando la revista no estaba incluida en Medline y Bireme, el de los autores de los artículos aparecidos en ella; en efecto, gracias a su oferta la revista tomó cuerpo y pudo sostener el ritmo de su aparición periódica imprescindible para solicitar su aceptación en bases de datos.
Últimamente se complementó el comité editorial con algunos miembros extranjeros, se elaboró una cuidada lista de revisores externos y surgió el ambicioso proyecto de acceder a Scielo, y quizás también al Institute for Scientific Information, (ISI) aún sabiendo que estos últimos objetivos, meta ideal de cualquier publicación biomédica de aparición periódica, eran difíciles de conseguir. Tras asesorarnos acerca del protocolo y los pasos a seguir para que la revista fuera aceptada, dirigimos una solicitud que fue contestada en una amable carta en la que se nos informaba de la necesidad de remitir varios números consecutivos ya publicados para valoración, y superar además un riguroso examen por parte de un comité que se reunía periódicamente. Para evitar la discontinuidad en la publicación, en éste período se ha emprendido la edición en línea de la revista, para lo que se gestionó un ISSN propio para la edición electrónica y se cuenta con la inestimable ayuda de las bibliotecarias de nuestra Facultad y del cuerpo técnico del Caicyt/Conicet.
Aunque estos logros puedan representar una satisfacción y un privilegio (la revista es una de las cuatro únicas de nuestro país que aparecen en Medline), debe mover a reflexión el hecho de que este paso aparentemente trascendental no ha conllevado un incremento significativo ni en el número de originales ofertados por la comunidad científico-académica, ni en su calidad media, encontrándose uno incapaz de aportar una explicación plausible para este paradójico hecho. Tras un recorrido por una planicie en la que la revista se ha mantenido a un nivel sin variaciones significativas, aunque recibe un número creciente de artículos de otras provincias argentinas y países de América y Europa, tendencia que debe ser considerada como estimulante; sus autores son extranjeros de habla española y nativos que envían sus manuscritos, luego de una intensa campaña de divulgación de nuestra revista emprendida por éste comité de redacción.
Otro progreso más reciente ha sido la edición de dos números extraordinario anuales, con los resúmenes de los trabajos presentados a las reuniones científicas llevadas a cabo en el ámbito de nuestra Facultad y promovidas por la Secretaría de Ciencia y Técnica y el Instituto de Virología. Ello tiene dos ventajas; por un lado los resúmenes adquieren validez curricular, ya que así pueden ser citados en cualquier revista, y por otro, esta opción conlleva un mejor aprovechamiento de la inversión que antes afrontaba la Facultad en forma exclusiva.
Un problema permanente de la Revista de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba, común por lo demás a la mayoría de las publicaciones periódicas, y que hay que reconsiderar en la medida en que se desarrollan más y más las ediciones electrónicas, es el de la financiación de su edición. Es obvio que la edición es responsabilidad de la Facultad, pero también está claro que lo ideal es detraer la mínima cantidad de dinero de sus arcas. Gracias a la paciente y cuidadosa gestión de la Dirección de la Revista y de la Secretaría de Ciencia y Técnica, las entradas por auspicios (Banco de la Provincia de Córdoba e Instituto de Hemoderivados) han permitido enjugar la mayor parte del costo de renovación, puesta al día y publicación de la revista, dejando así fondos suficientes para afrontar pagos y otros gastos.
El proceso global de la publicación de trabajos científicos está sometido a tensiones, algunas de viejo cuño que se reactivan de tiempo en tiempo, y otras de nueva aparición a tenor del desarrollo de las nuevas tecnologías de difusión de la información. Así, se analizan y cuestionan aspectos tales como cuál debe ser el contenido ideal de una revista médica, cuál la estructura de los trabajos, cuál la metodología de circulación de los mismos (presentación en papel, o a través por la red), cómo debe desarrollarse la revisión por pares (abierta, cegada, etc.), y cuál debería ser el soporte de la edición (papel vs electrónico). Todos estos puntos deben ser considerados en relación con el futuro inmediato de la Revista de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba y el cambio que se quiere introducir en el proceso editorial.
Durante un tiempo en el Comité Editorial de Neurocirugía, y al igual que ocurre en todas las revistas, no han estado todos los que son, ni son todos los que están. Así, si bien la revisión de los trabajos ha sido llevada a cabo por la mayoría de sus miembros, de manera lentamente progresiva, y también al igual que se hace en otras revistas, se ha ido requiriendo la ayuda de otros revisores no incluidos en el mismo. En éste número de la Revista de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba (Diciembre, 2009) aparece por primera vez el listado de colegas que no estando incluidos en el Comité Editorial, revisaron trabajos durante el año que finaliza. Esta participación debe incrementarse por razones de eficacia del propio proceso editorial, y para aprovechar y reconocer mejor la capacidad de muchos de nuestros colegas. Por ello, ninguno de los miembros de la comunidad universitaria podrá sentirse marginado de esta laboriosa pero estimulante labor, que al ser aceptada incitará también a los nuevos revisores a publicar, contribuyendo así al engrandecimiento de Revista de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba.
A partir del mes de enero de 2010 se modificará la circulación y evaluación de los artículos enviados a la Revista de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba, adoptando el sistema de envío por correo electrónico, que durante un tiempo coexistirá con el sistema convencional de envío por correo de superficie. En esencia, un grupo de colegas se encargaran de enviar por correo electrónico los trabajos a un conjunto de revisores que realizarán la evaluación y se comunicarán con ellos, acelerando y facilitando así de manera notable el engorroso proceso editorial que se mantenía hasta ahora. Se espera con ello que los trabajos sean mejor evaluados y que los autores puedan recibir una ayuda mayor y más rápida para mejorar los manuscritos. El anuncio formal de la introducción de este cambio ha sido incluido por el Editor en la hoja de instrucciones a los autores que aparece en el presente número de la revista.
Al afrontar esta nueva etapa conviene comentar las consideraciones y sugerencias de R. Smith, ex editor del British Medical Journal, en relación con el desarrollo futuro de la publicación en biomedicina. En una reciente editorial escrita con motivo de su retirada, Smith comenta la tendencia innata al conservadurismo de los cuerpos editoriales de las revistas médicas, y la necesidad de rediseñarlas para evitar que sean relicarios en los que se ofrecen a los médicos montones de artículos que no leen y que muchas veces no están preparados para valorar. Dice Smith, "Si tuviéramos más claro cual es el propósito de las revistas entonces podríamos rediseñarlas completamente. Poco a poco, el contenido de las revistas pasaría de ser en su mayoría, estudios originales -de los cuales sólo un 1% aproximadamente resultan tanto válidos como relevantes para los médicos - a ser un material de debate, instructivo, de revisión y lleno de novedades. Es decir, un material que los médicos lean. Pero esto sucede lentamente, porque los modelos de negocio actuales funcionan en contra del cambio". Según este autor, las fuerzas opuestas a este cambio han motivado una especie de rebelión, favoreciendo la aparición del modelo de "acceso libre" que aspira a que toda investigación, la mayoría financiada con dinero público, se ofrezca gratuitamente y a texto completo en la red. Para Smith, la aparición en 1994 de la edición electrónica gratuita del B Med J (bmj.com), financiada sobre la base de la publicidad, ha sido el mejor florecimiento de la revista hasta ahora, pero también nos dice que las revistas se encuentran todavía en lo que sería su fase equivalente a los primeros tiempos de las películas; el cine sonoro todavía no ha aparecido. No obstante, diversas instituciones como BioMed Central, la Public Library of Science, US National Institutes of Health, el Howard Hughes Medial Institute, o el Wellcome Trust, entre otras, han emprendido esfuerzos financieros y logísticos para "catalizar la revolución pendiente en las publicaciones en ciencias biomédicas, proporcionando una demostración del valor y practicabilidad de la publicación de acceso libre" al igual que el Caicyt en Argentina.
Con el sistema de publicaciones actualmente vigente, la investigación médica, financiada fundamentalmente por los gobiernos, las universidades y fundaciones sin fines de lucro, está disponible tan sólo para una pequeña fracción de los potenciales lectores porque aparecen en revistas que pocas instituciones públicas o particulares pueden pagar, y cuando lo hacen es con costos cada vez más altos; así los contribuyentes, que ya han hecho su aportación económica para que se realice la investigación, deben pagar por ella otra vez. Este doble pago convierte la publicación médica en un lucrativo negocio que comporta unos beneficios de 7000 millones de dólares por año a las empresas editoriales. Como consecuencia, el Wellcome Trust del Reino Unido concluye en un análisis que "la publicación de los resultados de la investigación científica no se traduce en el interés de los científicos y del público, sino que es por el contrario dominada por el intento comercial o del mercado en mejorar sus propias posiciones". Se ha calculado que por las tasas de suscripción y circulación de las publicaciones, la comunidad científica está pagando actualmente alrededor de 4500 dólares por artículo, cuando tan sólo por una tercera parte (1500 dólares) se podría hacer llegar el mismo a la totalidad de sus miembros, en vez de al cada vez menos nutrido grupo de suscriptores; ésta es la cantidad que la Public Library of Science carga por articulo aceptado para cubrir los costos de su procesamiento ("peer review & technical editing") y su posterior distribución electrónica haciéndolo así disponible sin cargos en su propia fuente "website", en el PubMed Central, y en el archivo digital libre de la National Library of Medicine. Este modelo comúnmente etiquetado como "authors pays", fue iniciado por BioMed Central que publica ya más de 100 "online journals" y supone un cambio de paradigma en relación con el modelo convencional "reader pays" de las suscripciones a las revistas. Así, muchas instituciones que constatan la diferencia en costos de la distribución de un articulo a través de la web (coste próximo a cero), con los de una separata de un articulo que conlleva los cargos de papel, impresión, ensamblado y correo postal, han emprendido una guerra feroz contra las firmas editoriales, (por ejemplo Elsevier) que está conduciendo en muchos casos, tras un tedioso "regateo", a la ruptura de la relación comercial cancelando el envío de originales a tales editoriales. La Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba, ha sido desde sus inicios, pionera y realiza constantes esfuerzos en acercar la producción de los investigadores del país y del extranjero en forma libre y gratuita, tanto en la edición en papel como en la electrónica de su revista
Si bien la idea del "acceso libre" a las publicaciones biomédicas es un objetivo a perseguir, la cuestión crítica es cómo hacerlo viable en términos económicos y si finalmente podrá generalizarse. Sostener el proceso de revisión por pares para depurar miles de manuscritos de los que sólo una pequeña parte van a ser finalmente editados, es un proceso muy caro al que se debe añadir después el costo repercutido por los editores de revistas en papel; ¿Bastarán los 1500 dólares por artículo para cubrir los costos de producción de una revista de alta calidad en la que más del 90% de los manuscritos revisados son finalmente rechazados?
¿Qué fuerzas o instituciones pueden limitar este idílico proyecto globalizador? Fundamentalmente las editoriales médicas comerciales cuyos negocios son los más rentables de la industria de los medios de comunicación, pero también las propias instituciones académicas actúan como freno. En efecto, éstas se apoyan fuertemente en la consideración del factor de impacto como criterio para valorar la calidad de la investigación publicada, y el atractivo para los investigadores de las revistas con alto impacto disminuiría automáticamente al tener que cambiar el modelo de publicación habitual por otro nuevo que puede conllevar una bajada del mismo. Así pues, la implantación del modelo de "acceso libre", sea cualesquiera quien pague por la publicación (autor o la institución que le emplea) no resulta fácil y una alternativa, puesta ya en marcha por algunas publicaciones (como Medicina de Buenos Aires), es ofertar al autor la opción de pagar los costos del procesamiento del articulo (modelo "autor pays "), que estaría así disponible para todo el mundo de manera gratuita y sería mejor conocida, o no pagar (modelo "reader pays "), lo que limitaría la disponibilidad del mismo a tan sólo los suscriptores. En cualquier caso, y en tanto se produce una evolución adicional, la mayor parte de la investigación biomédica original que se produce en el mundo permanece oculta a la mayor parte de los lectores que podrían usarla, por lo que la implantación del sistema de "acceso libre", que se considera imparable, se ha comparado acertadamente a la apertura de la cueva de Sésamo en publicación científica.
Para empeorar las cosas, y a causa de los mecanismos fraudulentos que hacen posible en la práctica el acceso libre a muchas publicaciones que se esfuerzan inútilmente en protegerse del mismo, se ha desencadenado recientemente una fuerte reacción por parte de muchos cuerpos editoriales y revistas para evitar el acceso "pirata". Paradójicamente la propia revista British Medical Journal, pionera como dijimos en la política del libre acceso, ha sido la primera en cerrar filas creando su propia editorial de revistas y libros, y exigiendo naturalmente el pago por la disponibilidad de los mismos. Esta tendencia avanza de manera explosiva y cada vez más revistas aisladas o grupos de revistas están haciendo lo mismo; la única ventaja que presenta este cambio es rebajar los costos editoriales en comparación con la situación anterior, cuando editoriales independientes cargaban la publicación con costos disparatados. Una tendencia o alternativa esperanzadora es crear organismos nacionales que afronten de una vez los costos para hacer después libre el acceso a todos los miembros de la comunidad científica nacional; este es el caso de la National Electronic Library for Health del Servicio Nacional de Salud del Reino Unido. En nuestro país existen organismos que se aproximan a este modelo, como ScieLo Argentina del Caicyt/Conicet, pero no alcanzan la universalidad, multiplicándose así de manera inútil los costos por espacio físico, personal y tecnología.
La Revista de la Facultad de Ciencias Médicas está disponible, desde hace poco y gracias al esfuerzo del este Comité Editorial, libremente en la red, pues las autoridades de la Facultad tuvieron el coraje de asumir el costo de su libre difusión. Por tanto, nuestra revista "ya cumple" con el deseable proyecto de la edición universal de libre acceso, por lo que tiene poco que hacer en este sentido. Quizás el único punto a considerar en un futuro sería la aplicación del modelo ELPS, (electronic long - paper short = es decir utilizar simultáneamente una edición "electrónicamente larga" y otra "corta en el papel) que se utiliza ya en algunas publicaciones con una reducción considerable de los costos de la edición en papel al quedar ésta abreviada. Se está planeando editar una versión extensa en castellano en la red y en papel y una versión más corta en inglés, sólo en línea, lo que mejorará sensiblemente la transparencia, accesibilidad y visibilidad de la Revista.
En relación con la revisión por pares, Smith opina que este proceso se encuentra aún en la era oscura; en efecto, existe evidencia científica que "el sagrado proceso de la revisión por pares es lento, caro, ineficaz, una lotería, parcial, incapaz de detectar el fraude y propensas al abuso y las pruebas hacia el lado de su valoración positiva son escasas; sin embargo, y a causa de nuestra falta de imaginación, sigue siendo el sistema menos malo, por lo que deberíamos de mejorarlo en vez de suprimirlo. Mi visión es que una caja negra tosca debería transformarse en una disertación científica abierta mantenida a la vista y en tiempo real en la red, si bien esta visión futurista no es ampliamente compartida en el BMJ...". Según este autor, tampoco el uso de formatos estructurados para la presentación de estudios, como por ejemplo el CONSORT, ha logrado un desarrollo importante y la mayoría de las publicaciones no exigen aún a los autores que los utilicen.
Tras la celebración del último congreso Internacional sobre el proceso de la "revisión por pares", D. Rennie, el editor de JAMA, extracta el siguiente párrafo de una editorial denunciando los decepcionantes estándares que prevalecen en el teóricamente riguroso proceso de selección de los artículos científicos que finalmente aparecen en las revistas: "One trouble is that despite this system (el "peer review') anyone who reads journals widely and critically is forced to realize that there are scarcely any bars to eventual publication, There seems to be no study too fragmented, no hypothesis too trivial, no literature citation too biased or too egotistical, no design too warped, no methodology too bungled, no presentation of results too inaccurate, too obscure and too contradictory, no analysis too self-serving, no argument too circular, no conclusion too trifling or too unjustified, and no grammar or syntax too offensive for a paper to end up in print". A continuación nos dice Rennie que si bien los esfuerzos para sistematizar y mejorar las revisiones de los artículos enviados a una revista y la manera de reportar los ensayos clínicos o los meta-análisis han llevado a un considerable progreso, el lector medio que viaje por el campo de la literatura médica con espíritu crítico, encontrarán todavía con frecuencia los defectos apuntados. En efecto, más recientemente, este autor hace el siguiente comentario "las revistas médicas siguen plagadas de errores metodológicos, que mejoran poco y lentamente a pesar de los intentos de corrección de este extendido problema; por otra parte los editores apenas hacen algo por subsanarlos". D. Altman, experto asesor en estadística del BMJ, advirtió que a causa de dichos errores muchos estudios publicados alcanzan conclusiones falsas, y añade que, a pesar de ser éste un hecho bien conocido, el progreso en su control sigue siendo muy lento, y advierte que todavía muy a menudo la investigación médica se hace por personal no entrenado, que persigue objetivos equivocados, como por ejemplo el progreso en sus carreras ("engordar el currículo".
A pesar del tabú de que los autores no deben conocer en principio la identidad de los revisores, Rennie ha defendido la necesidad de adoptar "open peer review systems, whereby authors and eventually readers know the identity of reviewers". Para este conocido editor "los argumentos supuestamente éticos en contra del proceso abierto de revisión por pares es lamentable e inconsistente". Godlee también censura el dogma de que es mejor ocultar la identidad de los revisores, alegando que el sistema abierto tiene ventajas éticas, carece de inconvenientes colaterales importantes, es perfectamente practicable y mejora el crédito y la imagen científica de los propios revisores. Las experiencias de algunas revistas como el British Medical Journal o de BioMed Central han demostrado las ventajas del sistema abierto de revisión, y también el International Committee of Medical Journals Editor apoya la iniciativa de hacer más transparente este proceso, permitiendo que autores y revisores se comuniquen directamente a través de la red conociendo sus identidades. Algunas revistas se mueven incluso hacia un sistema de "pre-publication review" a cargo de los lectores, cuyas acertadas indicaciones podrían ser finalmente adoptadas por los autores para revisar su trabajos. Se ha abierto la discusión sobré este tópico en el seno del Comité Editorial de la Revista.
Otro aspecto que tocan Smith, y otros editorialistas como Rennie y cols es el de la autoría de los trabajos; es bien sabido que muchos manuscritos incluyen firmantes que no han hecho nada o bien poco, excluyendo por contra a otras personas que han realizado muchísimo esfuerzo. Por ello se preconiza moverse hacia un sistema que cambie la "authorship" por la "contributorship", en el que quien contribuyen al estudio describan exactamente que es lo que hicieron.
Teniendo en cuenta los anteriores comentarios y otros de reconocidas autoridades en el campo de la publicación biomédica, está claro que la obligación de cualquier Comité Editorial es evitar los vicios y desviaciones inherentes al sistema de revisión por pares y tratar siempre de mejorar la pobre percepción que la mayoría de los autores tienen acerca del mismo, pero también es incuestionable que los autores deben preparar mejor sus manuscritos persiguiendo siempre el rigor metodológico; sin buenos manuscritos ningún cuerpo editorial puede hacer un trabajo fructífero y digno, y ninguna revista puede perdurar. En cualquier caso, el empeño de Editor y revisores debería ser aproximarse al máximo a los nuevos estándares en el proceso de revisión, y el de los autores aplicarse una disciplina metodológica más estricta, recurriendo a cualquiera de las múltiples guías y recomendaciones metodológicas de libros y artículos enfocados a la escritura y estructuración de un artículo científico. Cómo dinamizar y convertir Revista de la Facultad de Ciencias Médicas en un foro abierto, es una difícil pregunta que hemos de empeñarnos en contestar.
Las publicaciones regionales en nuestra lengua representan tan sólo el 0.1% del total de lo editado en las revistas médicas incluidas en los bancos mayores de la literatura biomédica. Si bien este dato revela la limitada importancia de la contribución de los investigadores de este lado del mundo al conocimiento global de la ciencia médica, también enmascara la relevancia de la actividad científica desarrollada por la comunidad científica que no puede acceder a publicaciones en inglés, y en ningún caso debe desanimarnos a comunicar aquello que consideremos digno de ser compartido. Si aceptamos esto, surge la cuestión crítica de porqué, para qué y qué publicar en la Revista de la Facultad de Ciencias Médicas.
Alguien dijo que lo que no se escribe se lo lleva el viento, y es nuestra opinión que a lo largo de la vida profesional todos observamos algo digno de ser referido. Sin embargo, una gran mayoría de los universitarios no dejan ninguna huella escrita de su trabajo, escudándose en el argumento de que todas sus observaciones son comunes o repetitivas, y que el escaso valor añadido que aportarían a sus colegas no compensa el esfuerzo y tiempo necesarios para elaborar un escrito presentable. Aunque es cierto que sólo unos pocos producen de manera nítida conocimiento nuevo, no lo es menos que el conocimiento progresa porque la acumulación de constataciones menores crea el marco o sustrato para que algunas mentes privilegiadas generen el salto más allá del límite que siempre separa lo viejo o ya sabido, de lo nuevo. Se ha dicho que progresamos porque nos subimos a hombros de los gigantes que nos preceden, pero los genios apoyan sus pies en las minúsculas aportaciones de otros muchos.
Nuestro tiempo se caracteriza por la facilidad de la comunicación, que asegura la inmediata circulación de cualquier aportación por mínima y remota que sea, pero al mismo tiempo la sobreabundancia información dificulta cada vez más la orientación del lector que pretende discernir lo nuevo. Este reto de la comunicación obliga a replantear constantemente cual debe ser nuestra actitud como profesionales inquietos por conocer, y algunos se preguntan si no es negativo o improcedente sobrecargar el ya abotargado depósito de publicaciones con contribuciones menores, propiciando así lo que se ha venido en llamar "contaminación científica" que conduce a la "fatiga informativa" del destinatario, que a veces acaba convirtiéndose en lo que Umberto Eco ha llamado un "imbécil superinformado". Por eso, a uno se le ocurre que quizás sería bueno llevar a cabo una reacreditación de las revistas incluidas en las principales redes de datos, aplicando niveles de exigencia progresivamente crecientes, hasta dejar un número relativamente pequeño en cada especialidad médica permitiendo así elevar a su vez el umbral de exigencia de calidad (sobre todo originalidad) de los artículos publicados.
Las razones para la creación y mantenimiento de una nueva revista científica que representa un ínfimo canal en la caudalosa corriente del conocimiento son varias. La Revista es el órgano de expresión de la Facultad de Ciencias Médicas, y tan sólo el cometido de circular la información relacionada con la planificación y control del ejercicio profesional de sus miembros en las vertientes asistencial, científica y docente, tanto a nivel del pregrado como del postgrado, justificaría su existencia. Esto es así siempre que la Comunidad Universitaria sea vital y creadora, lo que a su vez depende de la fuerza innovadora y el nivel profesional, tanto académico como científico, de sus miembros, y que además en el caso particular de nuestro país la vitalidad no se vea debilitada por la fragmentación de lo que debería ser un esfuerzo colectivo que nos permita tener una mayor presencia y perdurar en el competitivo escenario internacional.
Pero las revistas nacionales no deben ocuparse tan solo de asuntos parroquiales dejando la publicación de la producción científica propia para un número reducido de revistas en cada rama de la medicina. Aunque es loable tratar de "colocar" algunos de nuestros trabajos en revistas con un alto factor de impacto, La Revista debe ser un foro receptivo y de fácil acceso para reflejar la actividad científico-académica de los universitarios argentinos, y esta ventaja debería resultar particularmente atractiva para los más jóvenes que pueden batir en ella sus primeras armas.
Escribir trabajos científicos de cualquier alcance supone reflexionar, y toda reflexión lleva en sí misma el germen de la búsqueda de lo inexplicado, que una vez entendido ha de compartirse con los pares.
En relación con el asunto de la lengua a emplear en nuestras aportaciones a la literatura, se puede decir que muchas revistas brasileñas y españolas acertaron al elegir el inglés para publicar los trabajos remitidos, aunque aparentemente no han mejorado su nivel de impacto. En nuestro caso el asunto es más espinoso y discutible, ya que por un lado el castellano es hablado por más de 300 millones de personas, y aún cuando el eco de nuestra revista sea todavía muy limitado, no cabe duda que tiene sentido permitir el castellano y la edición simultánea abreviada en inglés como lenguas para publicar artículos en La Revista. Quizás sería deseable que la proporción de artículos publicados en inglés se incrementara, ya que es más probable que un artículo sea leído y citado si está escrito en esta lengua, que si tan sólo se ofrece su "abstract" acompañando a su versión en castellano; el texto completo en inglés aumenta las expectativas del autor de ver citado su trabajo, e incrementa de paso el factor de impacto (aunque como vimos en párrafos anteriores no debemos caer en el sesgo de la impactolatría), siendo este el motivo por el que nuestro grupo ha publicado en ella algunos artículos escritos en ingles que no fueron enviados previamente para consideración a otras publicaciones. No obstante, se puede comprobar cómo artículos publicados en castellano son citados sobre las base del "abstract" en revistas de habla inglesa. En cualquier caso, parece apropiado dejar a la elección de los autores esta decisión, ya que en definitiva representa una facilidad adicional. El castellano es imprescindible para publicar todo tipo de contribuciones relacionadas con la práctica y la vida profesional y académica en nuestro ámbito y además su exclusión limitaría la llegada a muchos lectores y disminuiría la oferta de artículos escritos por autores castellano parlantes. Algunos estudios indican que si bien la lectura en la pantalla de un ordenador o en papel no marca ninguna diferencia en la capacidad para retener la información ofertada, la lectura de un artículo en la lengua materna proporciona una retención de datos mayor que cuando lo leído esta escrito en otra lengua.
Escribir es un trabajo duro, sobre todo en los principios, pero se dice que la función hace al órgano. Los ingleses tienen un dicho que reza "Avoid sitting thinking about writing, write¡". Escribir enseña no sólo a hablar mejor, sino a discurrir y reflexionar, y hace posible la producción de la pequeña obra propia. Sólo si nuestros colegas jóvenes escriben mucho y bien, la medicina argentina en general, y la Revista de la Facultad de Ciencias Médicas en particular, tendrá alguna resonancia en el extenso ámbito de las biociencias. Aparte del carácter instrumental de la escritura para difundir una contribución científica más o menos relevante, existe evidencia científica clara de que la escritura expresiva, exploradora y reflexiva alivia la tensión psíquica y potencia el entendimiento, mejorando así nuestro rendimiento intelectual; se ha demostrado también que escribir o narrar las propias experiencias, entre ellas algunas vividas con los pacientes, es muy importante para entrenar a los médicos, y la emergencia y exuberante florecimiento de la llamada "narrative based medicine" lo ilustran bien. Alguien dijo que no somos más que nuestras historias, y escribir y rescribir narraciones nos mantiene alerta, inquisitivos, vivos y flexibles. Escribir permite al autor expresar y clarificar experiencias, pensamientos e ideas que son problemáticos y turbadores o difíciles de delimitar, y tiene una función formativa más profunda que hablar o pensar. Una ventaja de lo escrito frente a lo hablado o lo pensado, es que permanece sin variación en la página que lo vio nacer, pudiendo así ser trabajado al día siguiente o un año después si se quiere.
Pues bien, esta Revista está abierta y necesita de la creatividad, inteligencia, generosidad, capacidad, acabada formación, trabajo, rigor científico, metodológico, estadístico y lingüístico para expresar con claridad sus contribuciones, y aportes al conocimiento. Como se ve, todo depende de nosotros. ¡Qué desafío señores!


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