ARTICULO ORIGINAL
Importancia del sexo del huésped en el
desarrollo de la infección por trypanosoma cruzi
"Importance of host sex in the development of
trypanosoma cruzi infection"
Lorena R Micucci, Paola C Bazán, Romina Fauro,
Alejandra Baez, Maria S Lo Presti, Maria F Triquel,
Patricia A Paglini-Oliva, Héctor W Rivarola.
Revista de la Facultad de Ciencias Médicas 2010;
67(2): 69-72
Cátedra de Física
Biomédica. Facultad de Ciencias Médicas. Universidad
Nacional de Córdoba. C.P: 5000.
bazankarolina@hotmail.com
Introducción
La Enfermedad de Chagas es una infección
parasitaria, producida por el protozoario,
Trypanosoma cruzi ( T. cruzi)
(1). Es la afección
tropical y la causa de miocarditis más común, en
toda América Latina con 24.7 millones de infectados,
de los cuales se estima que el 25% desarrollará una miocardiopatía chagásica crónica, caracterizada por
insuficiencia cardíaca congestiva, arritmias
cardíacas complejas, incapacidad laboral y muerte
súbita (2, 3). La forma más frecuente de transmisión
del parásito es a través de insectos vectores,
además por vía perinatal, transplantes de órganos,
transfusión sanguínea y por accidentes de
laboratorio (4). Esta enfermedad cursa por: una
etapa aguda, una crónica asintomática y otra crónica
cardíaca o crónica digestiva
(5). Una vez superada
la fase aguda se desarrolla un proceso inflamatorio
crónico con un incremento del daño celular que
conduce a un deterioro de la función cardíaca. El
desafío más interesante para entender la
fisiopatología de la forma cardíaca de la enfermedad
de Chagas todavía yace en la compleja interacción
entre el parásito y el huésped
(6). Está claro que
una variedad de factores, dependientes tanto del
hospedador como del parásito, están involucrados en
determinar la resistencia o susceptibilidad a la
infección. En relación al hospedador, los genes del
Sistema Mayor de Histocompatibilidad (SMH) parecen
importantes para determinar el desarrollo de la
infección (7, 8), pero el sexo es un factor cuya
influencia no ha sido claramente establecida
(9,
10). El sexo masculino en la miocardiopatía
chagásica constituye un factor de mal pronóstico.
Los pacientes varones son más propensos al daño
celular (11) con una mortalidad global mayor entre
los hombres con edades comprendidas entre 30 y 59
años, lo cual se ha relacionado con una mayor
frecuencia de alteraciones electrocardiográficas
(12). El objetivo del siguiente trabajo es
determinar como el factor sexo influye en individuos
infectados con T. cruzi.
Material y método
Animales: Ratones Albino Suizos adultos de un peso
promedio de 30 ± 1 g. Parásitos: Tripomastigotes de
Trypanosoma cruzi, pertenecientes a la cepa Tulahuen.
Infección: 50 tripomastigotes/animal, inoculados por
vía intraperitoneal.
Diseño Experimental
Los animales se dividieron en los siguientes grupos:
● Machos: (n: 73) y Hembras: (n: 64).
En ambos grupos se determinó:
Parasitemia: Determinada en Cámara de Neubawer en
muestras de sangre de la cola de los ratones cada 7
días.
Sobrevida: Monitoreada diariamente.
Además, antes de la infección y a los 90, 180, 270 y
360 (dpi) se les realizó:
Histopatologìa: Los corazones y el músculo
esquelético fueron disecados. El órgano se fijo en
buffer (pH 7.0) 10% de formol y fue embebido en
parafina. El tejido se rebanó horizontalmente y las
rodajas de 5 mm de espesor se tiñeron con la técnica
del hematoxylina-eosina y tinción de Gomori. Se
analizó un total de 50 rodajas de cada grupo. Se
examinaron 30 áreas de cada rodaja con un objetivo
de 40 X. Se cuantificaron las áreas con infiltrados
inflamatorios y fibrosis con el programa AxioVision.
Inmunofluorescencia: Para la visualización de los
parásitos en los tejidos. Se utilizaron secciones de
tejido de músculo esquelético y cardíaco incubadas
con el anticuerpo anti T. cruzi y luego con el
anticuerpo fluorescente y observadas en microscopio
de fluorescencia.
Análisis Estadísticos: Los datos se analizaron de
acuerdo a la naturaleza de la variable en estudio (ANAVA,
regresión no lineal, datos categóricos y test de
comparaciones múltiples). Se consideró significativo
un p< 0,05.
Resultados
Parasitemia: La evolución de los niveles de
parásitos circulantes en sangre de los grupos
infectados con T. cruzi cepa Tulahuen a lo largo de
la infección experimental demostraron que ambos
grupos presentan un pico de parasitemia a los 21
días aproximadamente, presentando los machos niveles
de parasitemia significativamente mayores (p<0.05) y
luego comienza a disminuir hasta no detectarse
parásitos a los 56 dpi.
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Figura 1:
Evolución de la parasitemia de ratones
infectados con T. cruzi, cepa Tulahuen,
machos (□, n: 73) y hembras (■, n: 64).
(Machos vs. hembras: p< 0.05). Los valores
expresan media ± error estándar. |
Sobrevida: La sobrevida de los grupos estudiados a
lo largo de la evolución de la infección demostró
que la mayor mortalidad se produjo entre los 21 y 28
dpi. A los 270 dpi. (estadío crónico cardíaco),
sobrevivió un macho (3%) cada 7,6 hembras (23%).
Figura 2
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Figura 2:
Sobrevida de ratones infectados con T. cruzi,
cepa Tulahuen, machos
(, n: 73) y hembras (, n: 64). (Machos vs.
hembras: p< 0.05). Los valores expresan
media ± error estándar.
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Histopatología: En la histopatología de músculo
esquelético y cardíaco analizados en ratones
infectados se observó la presencia de infiltrados
inflamatorios a lo largo de toda la infección.
Figuras 3, 4, 5 y 6
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Figura 3:
Músculo esquelético de ratón infectado con
T. cruzi a los 90 dpi. (20X). |
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Figura 4:
Músculo esquelético de ratón infectado con
T. cruzi a los 360 dpi. (20X). |
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Figura 5:
Miocardio de ratón infectado con T. cruzi a
los 90 dpi. (40X). |
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Figura 6:
Miocardio de ratón infectado con T. cruzi a
los 360 dpi. (40X). |
Inmunofluorescencia: Las inmunofluorescencias de
ratones infectados mostraron la presencia de T.
cruzi a lo largo de toda la infección en músculo
esquelético y sólo a los 90 dpi en miocardio.
Figuras 7, 8 y 9
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Figura 7:
Inmunofluorescencia anti T. cruzi en músculo
esquelético de ratones infectados a los 90
dpi. . |
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Figura 8:
Inmunofluorescencia
anti T. cruzi en músculo cardíaco de ratones
infectados a los 90 dpi. |
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Figura 9:
Inmunofluorescencia anti T. cruzi en músculo
esquelético de ratones infectados a los 360
dpi. |
Discusión
Múltiples factores, tanto dependientes del hospedero
como del parásito, están involucrados en la
determinación de la resistencia o susceptibilidad a
la infección con T. cruzi. El sexo es un factor cuya
influencia no ha sido claramente establecida. La
existencia de esta diferencia entre sexos es
ampliamente aceptada
(13) aunque no se conocen aún
con exactitud los mecanismos fisiopatológicos
responsables de la misma. La menor incidencia de
enfermedad isquémica cardiovascular en mujeres
premenopáusicas sugiere un rol protector de los
estrógenos sobre el sistema cardiovascular
(14). El
envejecimiento del lecho vascular es en el hombre un
proceso progresivo y regular, en cambio en la mujer
está francamente precipitado por la menopausia.
Evidencias recientes indican que en mujeres los
estrógenos estimulan la producción por el endotelio
vascular de óxido nítrico, que es un importante
vasodilatador (15). En el presente trabajo se pudo
observar que el nivel de parasitemia en los ratones
machos fue significativamente superior al de las
hembras. La mayor mortalidad se produjo entre los
21, 28 y a los 360 dpi (estadío crónico) sobrevivió
un macho (3%) cada 7,6 hembras (23%). En machos y
hembras se encuentran a lo largo de los 360 dpi
infiltrados inflamatorios, fibrosis y parásitos en
los tejidos analizados. Los machos demostraron mayor
susceptibilidad a la infección y consecuentemente
más mortalidad que las hembras, en este modelo
murino infectados con T. cruzi cepa Tulahuen, pero
las características de la infección y la
miocardiopatía que desarrollan son de
características similares. Se ha sugerido que las
hormonas sexuales tendrían un efecto importante en
la infección con T. cruzi y que la función
inmunoinhibidora de la testosterona sería
responsable de la diferente susceptibilidad de
machos y hembras. Pero esto no sería solamente
consecuencia de diferencias en los niveles de una
hormona u otra, sino que debe existir una compleja
regulación neuro-endócrina-inmunológica en el
control de los niveles de parasitemia y la
susceptibilidad o resistencia a la infección.
Referencias
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