EDITORIAL
Terapias futuras en el Lupus
Eritematoso Sistémico
Futura theraphie in Systemic Lupus Erythematosus
Constanza Danielsen*, Paula Alba **, Alejandra M
Babini **
Revista Facultad de Ciencias
Medicas 2011; 68(2): 56-64
* Hospital Ramón
Carrillo. Santiago del Estero, ** Hospital Córdoba Cátedra
de Semiología UHMl 3 Universidad Nacional de Còrdoba. **
Hospital Italiano de Córdoba. Argentina.
Correspondencia :
paulaalba@yahoo.com
Introducción
El Lupus eritematoso sistémico (LES) es el modelo de
enfermedad autoinmune sistémica caracterizada por el
compromiso de múltiples órganos y actividad de la enfermedad
fluctuante. El pronóstico del LES mejoró en las últimas
décadas en forma significativa y contribuyeron en este
avance no sólo la posibilidad de mayores opciones
terapéuticas, sino otros factores como el desarrollo de
estrategias relacionadas a la prevención y el tratamiento de
los factores de riesgo cardiovascular, el control de
infecciones y la inmunización
(1,2).
Sin embargo , es importante considerar que ninguna nueva
terapia farmacológica para LES habìa sido aprobada por la
FDA en los últimos 40 años hasta la aprobación del belimumab
en marzo del año 2011 , y la terapéutica se ve a menudo
limitada por los efectos tóxicos y la falta de eficacia. El
tipo de medicación utilizada con mayor frecuencia para
tratar LES incluye el uso de antinflamatorios no esteroides,
los corticoides, y los agentes inmunosupresores. Estos
tienen numerosos efectos en el sistema inmune que hacen
difícil de determina el preciso mecanismo de acción en él
LES
(3,4).
Los progresos de la inmunología, oncología, endocrinología y
trasplante de órganos, proporcionaron opciones terapéuticas
útiles, aunque la investigación constante en la
inmunopatogénesis del LES facilitó el desarrollo de nuevos
agentes dirigidos contra blancos específicos. Los blancos
potenciales incluyen las terapias dirigidas contra las
citoquinas, la interferencia entre las interacciones de las
células B y T, la depleción de las células B, la inducción
de tolerancia y la interferencia en la activación del
complemento
(Tabla 1).
Muchas de estas terapias se encuentran en diferentes etapas
de investigación y si bien contribuyen a aumentar el arsenal
terapéutico, también dejan en evidencia la falta de
definición en cuestiones, como relación costo beneficio,
seguridad a largo plazo, e indicaciones precisas
(4)
Tratamientos dirigidos a la depleción de células B
ANTI-CD20
CD 20 es una gliproteina de membrana que se expresa en el
desarrollo temprano de los linfocitos B. Rituximab es un
anticuerpo monoclonal quimérico anti.CD20 que depleciona
todos los subtipos de células B a excepción de las células
pre B tempranas y las células plasmáticas
(5,6).
El principal efecto del rituximab es la eliminación
selectiva de células B periféricas sin interferir con la
regeneración de las células B por las células precursoras.
Probablemente este efecto es alcanzado por citotoxicidad
mediada por anticuerpos y por células, y por lisis celular
mediada por el complemento y/o por apoptosis
(7,8).
Anolik et al. reportaron que el grado de depleción de
células B por rituximab es dependiendo del genotipo FcγRllla,
sugiriendo la importancia de la citotoxicidad mediada por
anticuerpos y la inducción de apoptosis como los mecanismos
de lisis de células B por el rituximab
(9,10).
Por otra parte, estos autores encontraron que la depleción
celular especifica de la célula B por el rituximab también
mejora las anormalidades en la homeostasis de la célula B y
la tolerancia (10).
La duración promedio de la depleción de la célula B fue de 3
a 8 meses en las diferentes series con un rango muy variable
de entre 1 mes y 3 años
(11).
Algunos estudios observacionales no controlados han
demostrado buenos resultados con rituximab en el LES.
Leandro et al. publicaron el primer estudio de pacientes con
LES que tenían una pobre respuesta al tratamiento
convencional tratados con rituximab en combinación con 2
dosis 750mg de ciclofosfamida y altas dosis de corticoides
por vía oral. La actividad de la enfermedad medida por el
BILAG disminuyó considerablemente a los 6 meses de
seguimiento
(12).
Las manifestaciones como fatiga, artritis y serositis
respondieron particularmente bien y la duración promedio de
la depleción de células B fue de 4 meses sin eventos
adversos de relevancia.
Un estudio posterior del mismo grupo evaluó el seguimiento a
4 años de 24 pacientes con LES tratados con infusiones de
rituximab de 1 gr los días 1 y 15 acompañados de 2
infusiones de ciclofosfamida de 750 mg por vía endovenosa y
2 infusiones de 250 mg de metilprednisolona. Un solo
paciente no alcanzó la depleción de las células B en sangre
periférica, mientras que las medidas de actividad del LES
así como los niveles de C3 y anti-ds DNA mejoraron
significativamente en el resto de los pacientes posterior a
los 6 meses del tratamiento. El 45% de los pacientes
permanecieron estables sin necesidad inmunosupresor
adicional a los 23 meses de seguimiento
(13).
Sin embargo, 7 pacientes de esta serie recibieron ciclos
repetidos con mejoría del BILAG. Es importante destacar que
la duración de la eficacia del ciclo subsiguiente fue mayor
que la del inicial, sugiriendo un beneficio adicional con el
tratamiento repetido (
14). La importancia del
perfil inmunológico basal para predecir la respuesta de los
pacientes con LES a la depleción de células B fue analizada
en otro estudio. La presencia de anticuerpo antiextraibles
del núcleo (ENA), concretamente el anti-Sm se asocio a una
menor respuesta al tratamiento con Rituximab
(15).
Looney et al. estudiaron el tratamiento con rituximab en 18
pacientes con SLAM mayor a 5, excluyendo los que habían
recibido pulsos de esteroides o ciclofosfamida. La mejoría
del SLAM fue evidente solo para los pacientes que lograron
depleción de las células B después de 12 meses de
seguimiento. La depleción de las células B fue independiente
de las dosis administradas, indicando que existen otros
factores que pueden influenciarla. Los niveles de
complemento y DNA no se modificaron independientemente de la
depleción y de la respuesta clínica
(16).
El tratamiento con rituximab también ha sido evaluado en la
nefropatía lúpica (NA). Sfikakis et al. trataron 10
pacientes con NL proliferativa con rituximab y dosis bajas
de esteroides, logrando una respuesta completa en 5
pacientes y parcial en 3 de ellos. En este estudio se
encontró una disminución sostenida de la expresión de CD40L
en las células T de ayuda que precedió a la remisión clínica
de la NL
( 17).
Gunnarsson et al. revisaron el efecto del tratamiento
combinado de rituximab y ciclofosfamida en NL proliferativa.
Siete pacientes con LES fueron evaluados clínicamente y las
biopsias renales realizadas basalmente y a los 6 mese del
seguimiento. Estos autores encontraron una mejoría del
índice de actividad de la enfermedad, una reducción de los
títulos de los anticuerpos anti-dsDNA y anti-C1q y un cambio
en la histopatología renal con una caída de los índices de
actividad
(18).
Es importante destacar que en la mayoría de los estudios las
poblaciones de pacientes fueron heterogéneas y los efectos
del rituximab fueron investigados principalmente como agente
de inducción y no terapia de mantenimiento. Algunos
pacientes demostraron una respuesta completa en los
parámetros de función renal, la excreción de proteinuria y
los títulos de anticuerpos anti-dsDNA, mientras que otros no
tuvieron respuesta o esta fue parcial
(9, 13-18, 19, 20).
La variabilidad de esta respuesta puede estar afectada por
diferentes factores que incluyen la cantidad de CD20
circulante disponible, la presencia de anticuerpos
antiquiméricos humanizados (HACA), la proteinuria y el
polimorfismo genético FcgRllla que conduce a un fenotipo de
baja afinidad al rituximab
(21).
Recientemente, 2 estudios controlados han evaluado el uso de
rituximab en LES con resultados negativos
(22,23).
El estudio EXPLORER evaluò la eficacia y seguridad de
rituximab versus placebo en pacientes con LES con actividad
moderada a severa, no observando diferencias entre ambos
(22).
El estudio LUNAR evaluò la eficacia de rituximab mas
micofenolato mofetil versus micofenolato mofetil en el
tratamiento de inducción de NL, donde la terapia combinada
no fue superior
(23).
Estos resultados podrìan ser explicados por los criterios de
selección de los pacientes en el estudio, el tratamiento con
altas dosis de esteroides recibido. Por otra parte, un
reciente análisis del uso de rituximab en 188 pacientes
refractarios a otros tratamientos inmunosupresores encontrò
un 91% de respuesta clìnica en 1 o màs manifestaciones del
LES
(24).
Los principales eventos adversos incluyen las reacciones
relacionadas a la infusión y el desarrollo de infecciones
severas. Las reacciones durante la infusión no son
infrecuentes y pueden ser prevenidas con la administración
previa de esteroides, antihistamínicos y paracetamol.
Catapano et al. reportaron reacciones leves a moderadas
relacionadas a la infusión en el 38% de los pacientes
estudiados, siendo en 4 pacientes severas
(20).
La enfermedad del suero también ha sido reportada en 2
pacientes con la presencia de HACA
(25).
El uso de rituximab en las enfermedades autoinmunes esta
asociado con un aumento en la incidencia de HACA. El
desarrollo de estos anticuerpos es poco frecuente en los
estudios de linfoma y pero ocurre en las enfermedades
autoinmunes. El significado clínico de los mismo es
desconocido y no esta claro si su presencia esta asociada
con los eventos adversos y limita la eficacia y la depleción
de las células B (16, 21).
Las infecciones han sido descitis en pacientes con LES y
tratamiento con rituximab. Sin embargo, ante la falta de
estudios controlados no se puede afirmar que la incidencia
de infecciones esta aumentada. En diciembre del 2006 la FDA
describió 2 casos de Leucoencefalopatía Multifocal
Progresiva (LMP), cuyo síndrome clínico esta asociado a la
reactivación del virus JC en el SNC. Esta rara complicación
fue descrita en 2 pacientes con LES y unos con vasculitis
tratados con rituximab. Por otra parte, ningún paciente con
artritis reumatoidea tratado con rituximab desarrollo esta
complicación. Una hipótesis razonable es que la reactivación
no seria únicamente la consecuencia de un tratamiento sino
que puede ocurrir en el contexto de una enfermedad
específica con un fenotipo inmunológico combinado con el
tratamiento
(26, 27, 28).
Otras infecciones inusuales asociadas al tratamiento con
rituximab han sido descritas, entre ellas reactivación de
citomegalovirus, sepsis por criptococo e infección por el
virus BK
(21).
En conclusión, la depleción de las células B por el
rituximab han demostrado ser una terapia exitosa en
pacientes con LES en algunos estudios no controlados. Sin
embargo, el régimen óptimo así como el momento apropiado de
su uso permanecen indefinidos. Los resultados de estudios
controlados que se están realizando en LES y en pacientes
con NL proliferativa responderán algunas de las preguntas
sobre su eficacia y seguridad.
ANTI-CD22 (EPRATUZUMAB)
CD22 es una glicoproteína miembro de una superfamilia de
inmunoglobulinas específicas del linfocito B que regula la
activación de la célula B y la interacción con las células
T. CD22 es expresada en el citoplasma de las células pre y
pro B y en la superficie de las células B maduras
(29, 31). CD22 es un
potencial blanco terapéutico en el LES por su expresión
especifica. El anti-CD22 (epratuzumab) es un anticuerpo
monoclonal recombinante con un 90 a 95% de origen humano.
Dorner et al. realizaron un estudio fase II abierto no
controlado para evaluar la eficacia y seguridad de
epratuzumab en 14 pacientes con LES con enfermedad
moderadamente activa. La dosis de 360 mg/m2 fue administrada
en infusiones endovenosas cada 2 semanas por 2 dosis. La
terapia fue bien tolerada y efectiva con una mejoría clínica
medida por BILAG. Los autores también investigaron los
efectos en vivo y en vitro de los efectos del epratuzumab en
las células B de pacientes con LES, encontrando una marcada
reducción de células B CD27, CD22 y en la activación y
proliferación de las células B
(30).
Actualmente se están realizando estudios en Fase III con
epratuzumab.
Inhibición de los factores de sobrevida de la célula B
ANTI-BLYS (BELIMUMAB)
La sobrevida y maduración de las células B requiere de la
presencia de numerosos factores. Una de estas moléculas es
un miembro de la familia del factor de necrosis tumoral (TNF)
llamada BLyS (proteína estimuladora del linfocito B) o
también llamada BAAF (factor activador de la célula B). Esta
proteína de membrana tipo II se une a 3 receptores
diferentes: TACI, BCMA y BAFFR para formar un complejo con
diferentes mecanismos de acción. Estos incluyen: la
diferencia y activación de las células B que conduce a la
autoreactividad desde la producción de anticuerpos,
rescatando las células B de la muerte e induciendo una
respuesta coestimuladora en las células T
(31, 32).
Otro miembro de la superfamilia de ligandos TNF es APRIL
(ligando que induce proliferación) que actúa como activador
de las células B y coestimulador de las células T,
induciendo crecimiento tumoral así como un factor
proapoptótico. Este ligando comparte 2 receptores con BLyS (TACI
y BCMA) pero no con el BAFFR.
Los pacientes con LES tienen elevados niveles de BLyS y un
aumento en la expresión de su receptor mRNA en sangre
periférica que generalmente se correlaciona con los niveles
de anticuerpos anti-dsDNA
(33,34).
La inhibición de estos factores puede ser una vía efectiva
de depleción de las células B.
Belimumab es un anticuerpo monoclonal humanizado contra el
Blas/BAFF que puede causar depleción de las células B
circulantes. Un estudio en fase I realizado con Belimumab en
57 pacientes con LES mostró una significativa reducción de
las células B en sangre periférica sin afectar la actividad
de la enfermedad. Los resultados de un estudio randomizado
doble ciego controlado de Belimumab realizado en 449
pacientes con LES no demostró diferencia significativa en la
eficacia (35). Sin embargo, Petri el al presentaron
recientemente los resultados de Belimumab en un estudio
donde evaluaron la actividad de la enfermedad y los
parámetros de laboratorio en 449 pacientes con LES con un
seguimiento de 2 años y medio. Estos autores encontraron que
Belimumab disminuyo los brotes de la enfermedad medidos por
SELENA/SLEDAI y BILAG con mejoría sostenida de la actividad
de la enfermedad y una reducción de los títulos de anti-dsDNA
y normalización del complemento
(36, 37,38).
Otras formas de inhibición de los factores de sobrevida de
la célula B incluyen las proteínas de fusión con cada
receptor BAFF: TACI-i.e. G (Atacicept) o receptor-BAFF 3
(BR3). Un estudio en base Ib doble ciego controlado evaluó
la seguridad y los efectos en los linfocitos B y en las
inmunoglobulinas en pacientes con LES no encontrando
diferencias en los eventos adversos y demostrando su
actividad biológica consistente con el mecanismo propuesto
(39).
Bloqueo de moléculas co.estimuladoras CD11A
El CD11a es un componente del antígeno 1 asociado
a la función leucocitaria, a través del cual se unen las
moléculas de adhesión intercelular, que desempeña un
importante papel en la activación de las células T, la
reactivación y extravasación de células T desde la
circulación a la piel. Efalizumab es un anticuerpo
monoclonal humanizado cuyo blanco es el CD11a que ha sido
aprobado por la FDA para la psoriasis
(40).
Efalizumab ha sido estudiado en el lupus discoide. Lupus
cutáneo subagudo y formas especificas de lupus cutáneo. En
un estudio de lupus discoide refractario 12 de 13 pacientes
tuvieron una reducción significativa de la actividad cutánea
y del score de severidad posterior a la terapia
(41).
Estudios prospectivos con un seguimiento a largo plazo son
necesarios para definir el papel de Efalizumab en las
manifestaciones cutáneas.
CD40L
La activación de los linfocitos T necesita al menos señales
estimuladoras. El primer paso de este proceso compromete la
presentación del antígeno al receptor de la célula T a
través del complejo de histocompatibilidad mayor clase II.
La coestimulación o la segunda señal comprometen las
interacciones receptor-ligando y el linfocito T
( 42).
Una de estas interacciones receptor-ligando es la
interacción entre el CD40 en las células presentadoras de
antígeno y su ligando CD40L (CD 154) en la célula T. el
anticuerpo anti-CD 154 ha sido utilizado como tratamiento en
LES en 3 estudios. El primero incluyo 85 pacientes con LES
moderado a severo demostrando una franca mejoría clínica y
serológica pero fue discontinuado por la aparición de
complicaciones trombóticas
(44).
El segundo estudio de 85 pacientes con NL no demostró
beneficio con esta terapia
(43).
Mientras esta molécula fue abandonada por su significativa
toxicidad, otros factores coestimuladores están siendo
investigados.
CTLA4
La interacción entre el CD28 de las células T y sus ligandos
CD80 (B7.1) y CD86 (B7.2) en las células presentadoras de
antígeno y las células B representa otro potencial blanco
terapéutico en LES. Esta vía coestimuladora es esencial para
la activación de la mayoría de las células T. CTLA4 es un
análogo estructural de CD28 y funciona como receptor en la
superficie de las células T activadas. CTLA4 tiene mayor
afinidad para unirse a CD80 y CD86 que a CD28 y produce una
señal negativa que limita la coestimulación mediada por
CD28, actuando como un regulador de la función linfocitaria
(45).
CTLA4lg (abatacep) es una proteína de fusión recombinante
que inhibe la coestimulación de las células B y T. el uso de
abatacep en modelos animales y estudios en humanos disminuyo
la producción de autoanticuerpos, la enfermedad renal y
prologo la sobrevida
(46,47,48).
Los resultados de dos estudios que evalúan abatacep en
combinación con esteroides vía oral para prevención y
tratamiento del LES así como abatacep en terapia
concomitante con esteroides y con micofenolato mofetil en el
tratamiento de NL, no se conocen aun.
Citoquinas ANTI IL-6 (TOCILIZUMAB)
La interleuquina 6 es una citoquina que tiene múltiples
funciones como la estimulación de las células B para su
diferenciación en células plasmáticas, la proliferación de
linfocitos T y su diferenciación en Linfocitos T citóxicos,
la diferencia de osteoclastos y pueden inducir reactantes de
fase aguda(49)
Tocilizumab es un anticuerpo monoclonal humanizado contra el
receptor de IL-6 y fue evaluado en el LES en un estudio de
14 pacientes con compromiso leve a moderado. Las dosis
utilizadas fueron 2 mg/kg y 8 mg/kg dos veces por semana.
Los resultados demostraron una disminución de los reactantes
de fase aguda, de las células B activas y de memoria, de las
células CD4 y CD8 activas y de e lgG3 y 4. Aunque la
respuesta clínica fue moderada, el estudio fue diseñado para
evaluar seguridad y no eficacia
(50)
ANTI IL-10
Los niveles de IL-10 se encuentran elevados en pacientes con
LES activo y se correlacionan con la actividad de la
enfermedad. En modelos animales la administración continua
de IL-10 aceleró el comienzo de enfermedad renal. Sin
embargo, 6 pacientes con LES fueron tratados con lgG1 anti
IL-10 por 21 dosis de 20 mg/día mejorando los índices de
actividad medidos por SLEDAI y disminuyendo las dosis de
esteroides. Este efecto fue evidente a los 2 meses
persistiendo la respuesta sostenida hasta los 3 y 6 meses
(51).
ANTI TNFα
Los agentes que bloquean el TNFα inducen la producción de
autoanticuerpos por lo que la utilización en el tratamiento
del LES han sido restringida. Sin embargo, un estudio
abierto utilizo infliximab en 6 pacientes con LES con
actividad moderada en acción al tratamiento inmunosupresor
de base con mejoría de la actividad de la enfermedad a pesar
de un aumento de la formación de autoanticuerpos
(52).
Anti-complemento C5 (ECULIZUMAB)
El anticuerpo monoclonal anti-C5 bloquea la activación de
C5b y C9. La administración del mismo en modelos animales
retraso la aparición de proteinuria y mejoro la
histopatología renal
(53,54).
En un estudio fase I demostró buena tolerancia y seguridad.
Inmunomodulación especifica LJP 394 (ABETIMUS)
Una estrategia nueva en el tratamiento del LES es la
inhibición de la sobrevida y la activación de las células B
autoreactivas, es decir la inducción de tolerancia. LJP 394
es un inmunomodulador que conduce a la anergia de células B
o apoptosis y reduce los títulos de anti-ds-DNA en modelos
animales con LES
(55, 56).
La seguridad y eficacia de abetimus ha sido evaluada en 13
estudios controlados y no controlados que han incluido a más
de 800 pacientes sin presentar eventos adversos serios. Un
estudio placebo controlado demostró reducciones
significativas de los títulos de anti-dsDNA
(57,58).
En un estudio placebo controlado de 230 pacientes con NL,
abetimus disminuyo los títulos de anti-dsDNA e incremento
los niveles de complemento. Sin embargo, no se encontraron
diferencias significativas en el tiempo ni en el número de
las reactivaciones renales. Un subgrupo de pacientes con
anti-dsDNA de alta afinidad tuvo una respuesta significativa
(59).
Posteriormente un estudio fase 3 que incluyo pacientes con
anticuerpos de alta afinidad no demostró ningún beneficio
comparado con el placebo
(60).
Actualmente abetimus esta siendo evaluado en un estudio
internacional en NL.
Edratide (TV-4710)
Edratide es un péptido basado en CDR-1 que ha demostrado
reducir la proteinuria, el depósito de complejos inmunes y
mejorar la sobrevida en modelos animales. Los efectos de
edratide en las células de sangre periférica fueron la
disminución de IL-2, INF-γ y TNF-α e incrementar el TGF-β en
modelos animales
(61).
Interferón TIPO (IFN) Y Receptores TOLL (TLR)
Estudios recientes han indicado la relación casual entre el
sistema de INF tipo 1 activado y el LES, sugiriendo que este
sistema podría ser un blanco terapéutico. El primer blanco
terapéutico en el LES podría ser el INF-α y los anticuerpos
monoclonales anti-INF-α siendo actualmente evaluado. Un
estudio fase I con un anti-INF-α administrado por vía
subcutánea ha sido evaluado. Una inhibición mas profunda de
los efectos del IFN tipo 1 podrían ser logrados con el
bloqueo del IFNAR, que prevendría las señales a todos los
IFN tipo 1. Las células dendríticas plasmocitoides podrían
también ser blancos usando anticuerpos monoclonales
humanizados contra marcadores específicos como BDCA-2 o el
BDCA-4 ya que la unión a estas moléculas inhibiría la
producción del INF-α
( 63,64).
Los inmunocomplejos interferogenicos en las células
dendríticas podrían ser prevenidos por el bloqueo del
FcγRlla por anticuerpos específicos o por la inhibición de
los TLR por oligodesoxiribonucleótidos u
oligoribonucleotidos con antagonistas del TLR
(65).
Inmunoablación y transplante
Las razones para utilizar este tipo de terapia, serian
las mismas que las hacen validas en oncología. El concepto
se basa en que, después del trasplante de medula ósea (MO)
se desarrolla un “nuevo” sistema inmunológico incapaz de
responder a la enfermedad de base.
El criterio optimo para la selección de pacientes es todavía
poco clara y los esquemas terapéuticos tampoco están
estandarizados. El registro Europeo de Trasplante de MO,
reporto hasta el 2001, 34 pacientes con LES y trasplante de
MO. La mortalidad relacionada al trasplante fue de un 13%.
El 61% de los pacientes respondieron pero en el 21% que lo
hizo inicialmente, se reactivo la enfermedad posteriormente
(66).
El uso de altas dosis de ciclofosfamida sin trasplante de MO
ha sido estudiado por Petri et al. Seis pacientes con LES
severo fueron tratados con 200 mg/kg de ciclofosfamida por 4
días. Cuatro de ellos presentaron remisión completa de la
enfermedad. Un seguimiento posterior a 4 años de 14
pacientes con LES y tratamiento con altas dosis de
ciclofosfamida logró un 35% de remisión completa. En los
pacientes con compromiso renal, el 44% tuvieron una
respuesta completa, el 33% parcial y el 22% permanecieron
sin cambios
(67).
Conclusiones
El uso de los blancos terapéuticos en el tratamiento del
LES ofrece la posibilidad de aplicar los principios de la
patogénesis de la enfermedad en el desarrollo de nuevas
terapias. La mayoría de los resultados acerca de la eficacia
y la seguridad de estos agentes provienen de estudios
abiertos. Estudios randomizados y controlados de los agentes
biológicos emergentes son necesarios para definir el exacto
papel de los mismo en esta enfermedad compleja.
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