TRABAJO DE REVISIÓN
Aspectos moleculares de la
acción antineoplásica de la vitamina D.
Luciana Paola Bohl, Ana Cecilia Liaudat, Gabriela
Picotto, Nori Graciela Tolosa de Talamoni
Rev. Facultad de Ciencias Médicas 2008, 65(1):
17-21
Introducción
Los factores genéticos contribuyen sólo en forma
minoritaria al desarrollo del cáncer, lo que sugiere que
algunos podrían prevenirse por factores ambientales,
principalmente los dietarios (1). Durante mucho tiempo se
asoció a la vitamina D o colecalciferol únicamente con su
capacidad de regular la homeostasis de calcio. Su metabolito
activo, el 1,25(OH)2D3 o calcitriol, actúa como hormona
reguladora de la homeostasis del catión. Sin embargo, desde
hace muchos años, existen evidencias de efectos de la
vitamina D en tejidos no clásicos, como la prevalencia de
ciertos tipos de cáncer o de enfermedades autoinmunes en
pacientes con deficiencias dietarias de colecalciferol
(2,3). Muchas evidencias epidemiológicas y clínicas sugieren
que la vitamina D tiene una acción clave en la regulación de
varios mecanismos celulares involucrados en la
transformación tumoral de las células. El objetivo de este
artículo es brindar una revisión sobre los aspectos
moleculares de la acción de la vitamina D sobre el
desarrollo del cáncer.
Indicadores epidemiológicos de los efectos de la vitamina D
sobre el cáncer
La vitamina D se obtiene a partir de la dieta, de los
alimentos fortificados y/o suplementados, o puede ser
producida en la piel a partir del 7-deshidrocolesterol por
exposición a la luz solar (4). El calcitriol se sintetiza
principalmente en el riñón. Se ha demostrado que existe
correlación entre la prevalencia de ciertos tipos de
cánceres y la exposición a la luz solar, lo que concuerda
con acciones protectoras del calcitriol contra el cáncer de
mama, ovario, próstata y colon (5,6). En estudios recientes,
se halló que el riesgo de cáncer de mama estaba disminuido
en pacientes con niveles séricos adecuados de
25(OH)-vitamina D3 (7,8). En otro estudio se analizaron
durante un año los datos de jóvenes entre 15 y 19 años
procedentes de 172 países, y hallaron que la incidencia del
cáncer de ovario, ajustada para la edad, era mayor en
aquellos países con menor la radiación solar (9). Sin
embargo, la causalidad de la vitamina D en estas relaciones
no está aún bien establecida (10). Entre las dificultades se
pueden mencionar que las estimaciones de la ingesta de
vitamina D son cuestionables y que el contenido real de
vitamina D proveniente de los alimentos es variable.
Aspectos moleculares de los efectos de la vitamina D sobre
las células tumorales
Las acciones biológicas del calcitriol están mediadas por su
interacción con el receptor nuclear de vitamina D (VDR: del
inglés vitamin D receptor) que actúa como factor de
transcripción. El VDR tiene también la capacidad de formar
un heterodímero con otro factor de transcripción, el
receptor de ácido retinoico (2). Cuando el calcitriol llega
al citoplasma celular, se une al VDR y recluta moléculas
coactivadoras que facilitan la unión del receptor a
elementos de respuesta de vitamina D (VDREs), que se
encuentran en los promotores de los genes que responden al
calcitriol o cerca de ellos (11). De acuerdo con el tipo de
complejo formado con el promotor, el calcitriol inhibe o
induce la expresión de genes (12).
La transformación de células normales a células tumorales
proviene de una acumulación progresiva de alteraciones
genéticas y epigenéticas de genes que controlan la división,
la adhesión celular y la apoptosis. Se pueden producir
varios tipos de alteraciones: cambios en la actividad de
oncogenes, pérdida de productos de genes antitumorales o
fallas en los mecanismos de reparación (13). Varias
evidencias experimentales sugieren que el calcitriol
reduciría el riesgo de cáncer promoviendo la diferenciación
e inhibiendo la angiogénesis (5). Por otro lado, el estado
nutricional de vitamina D y el genotipo de VDR también
serían factores importantes en la posibilidad de desarrollo
tumoral (14). El complejo calcitriol-VDR regula la actividad
de más de 60 genes involucrados en la estimulación de la
diferenciación celular, afectándose así el ciclo celular. El
calcitriol modula las vías dependientes de ciclinas mediante
regulación de la expresión de ciertas proteínas (p21, p27,
p53) que, a su vez, inhiben a las quinasas dependientes de
ciclinas. De esta manera, el calcitriol tiene efectos
protectores celulares porque bloquea la proliferación
celular estimulando la diferenciación (15).
La apoptosis es una etapa normal de diferenciación final de
las células, está estrictamente regulada y se produce por
activación secuencial de caspasas. Estas enzimas regulan a
proteínas que participan en la reparación del ADN, a
componentes nucleares, a enzimas involucradas en la
traducción de genes o en el ciclo celular. En el desarrollo
del cáncer es frecuente la alteración de los mecanismos
normales de apoptosis. En más del 50% de los tumores es
posible encontrar mutaciones de p53, lo que altera la
activación de caspasas, y el calcitriol afecta directamente
la actividad de control de p53 (16).
La generación de especies reactivas del oxígeno (ROS) es
otro de los mecanismos que mediarían los efectos
antitumorales del calcitriol. En células tumorales de mama,
el calcitriol induce arresto celular, diferenciación y
activación de la apoptosis por modulación de la
concentración intracelular del calcio o por ruptura de la
función mitocondrial (17). El calcitriol produce la
liberación de citocromo c y la generación de ROS a dosis
fisiológicas. En nuestro laboratorio, hemos demostrado que
el calcitriol inhibe el crecimiento de las células MCF-7 en
parte por depleción del glutatión intracelular,
desencadenando estrés oxidativo y aumentando las actividades
de las enzimas del sistema antioxidante, quizás como
probable mecanismo compensatorio (18).
La pérdida del gen de la E-cadherina (Cdh1), una molécula de
adhesión transmembrana que normalmente mantiene a la célula
en una forma polarizada, es frecuente en las células
transformadas (19). La adhesión celular normal inhibe la
división celular por lo que la pérdida de la inhibición por
contacto es fundamental para el desarrollo del cáncer. El
calcitriol modula la expresión de Cdh1 mejorando la adhesión
de las células cancerosas (13).
La familia de genes BRCA, supresores de tumores involucrados
en la reparación del ADN, regula la transcripción en el
núcleo y, por lo tanto, sus mutaciones pueden producir
errores en la replicación del material genético. El
tratamiento de células tumorales con calcitriol aumenta la
expresión de estos genes, lo que se correlaciona en forma
directa con la expresión de VDR (20). Además, las funciones
del VDR no se limitan a la regulación de la expresión génica
mediante su unión a VDREs en el ADN. El VDR es capaz de
unirse a la proteína β-catenina, factor transcripcional
clave en la vía de señalización intracelular Wnt. Esta vía
está implicada en varias patologías, dado que cuando se
altera su regulación, se produce hiperproliferación celular
(21). El calcitriol incrementa la capacidad de unión del VDR
al material genético, bloqueando la actividad trancripcional
de β-catenina. Esto explicaría propiedades
antiproliferativas del calcitriol en varios tejidos,
incluyendo el de cáncer de colon (11). Existen otros
factores de transcripción regulados por el calcitriol como
por ejemplo la familia C/EBPs de proteínas ligadoras
“enhancers” (22).
Las metástasis son procesos que involucran la diseminación
celular del tumor local y el crecimiento en órganos
distantes (23). Para su desarrollo, las células tumorales
utilizan las moléculas de adhesión y las integrinas para
atravesar la membrana basal y llegar a la matriz
extracelular, que al ser degradada, les brinda la
posibilidad de llegar a otros tejidos. Las metástasis no son
al azar sino que dependen de la capacidad de las células
tumorales para crecer en otros órganos selectivos. Por
ejemplo, el cáncer de mama desarrolla con alta frecuencia
metástasis en hueso y se ha sugerido que ésta invasión
involucraría la activación de los osteoclastos (24). La
proteína relacionada con la hormona paratiroidea (PTHrP),
algunas interleuquinas (6, 8 y
11) y RANKL (factor
diferenciador de osteoclastos) son algunos de los factores
producidos por los tumores que estimularían la osteólisis.
En cuanto al cáncer de próstata, se ha observado que
aproximadamente el 90% de los hombres que lo padecen, sufren
metástasis óseas. La inducción de la actividad osteolítica
estaría determinada por varios factores como el RANKL o la
expresión de PTH y su receptor (25). En consecuencia,
niveles adecuados de vitamina D podrían ser útiles para la
protección del hueso siendo la capacidad del calcitriol para
inducir la formación ósea no solo limitada a la provisión de
calcio y fósforo. Además, se ha sugerido que algunos
genotipos de VDR podrían utilizarse como marcadores de la
posibilidad de desarrollar metástasis óseas. Se encontró
correlación significativa entre los genotipos AA (ausencia
del sitio de restricción Apa I en ambos alelos) y TT
(ausencia del sitio de restricción Taq I en ambos alelos) y
el desarrollo de metástasis en hueso (26).
Discusión y conclusiones
Los efectos antiproliferativos de la vitamina D se han
demostrado, aunque los mecanismos moleculares que subyacen a
tales efectos no están totalmente esclarecidos. El
calcitriol induce el arresto en el ciclo celular,
desencadena vías apoptóticas, inhibe la angiogénesis y
altera los procesos de adhesión celular. Se sugiere que
niveles bajos de calcitriol podrían estar ligados a un
aumento del riesgo de cáncer. Para verificarlo sería
necesaria la planificación de nuevos estudios clínicos
randomizados. Algunos estudios estiman que la ingestión de
2000 UI de vitamina D y la exposición al sol durante 15 min
podrían reducir la incidencia de algunos tipos de cáncer
(27). También es posible el uso de 25(OH)D3 como agente
quimioprotector, debido a la existencia de la enzima 1α-hidroxilasa
en determinados tejidos epiteliales que tienen la capacidad
de convertirlo in situ a calcitriol (28).
En conclusión, dado que el cáncer es una de las mayores
causas de muerte, es necesario que la población mantenga un
adecuado nivel nutricional de vitamina D no sólo para el
mantenimiento de la homeostasis del hueso, sino también para
la prevención de desarrollo del cáncer.

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