EDITORIAL
Fomentar una investigación
clínico-epidemiológica de calidad en los hospitales
universitarios
Eduardo Cuestas

Revista facultad de Ciencias Médicas 2008: 65(3): 71-72
Eduardo Cuestas. Departamento de
Docencia e Investigación. Área de Investigación Clínica y
Bioestadística. Hospital Privado. Centro Formador. Facultad
de Ciencias Médicas. Universidad Nacional de Córdoba.
Av. Naciones Unidas 346. CP X5016KHE. Córdoba. Argentina.
La investigación clínica, es la
parte más significativa de la investigación biomédica, ya
que supone el final de un camino común, pues en ella
confluyen con el objeto de mantener o recuperar la salud del
ser humano: 1) condiciones experimentales especiales donde
interactúan el médico y el enfermo; 2) determinados diseños
que son relativamente independientes de la voluntad del
investigador; 3) la limitación de intervenciones a que
obliga la ética médica, las buenas prácticas clínicas y el
respeto a los derechos humanos.
El investigador clínico debe poseer una capacidades y
habilidades especiales, fruto no solo de su capacidad
individual y experiencia, sino también de un profundo
conocimiento teórico- práctico de las problemáticas que
aborda, de metodología de la investigación y de la
estadística aplicada. Por ende, la investigación clínica
sólo puede desenvolverse en donde exista una medicina
asistencial de excelencia y un desarrollo de la
investigación básica, que posibiliten un entrenamiento en la
metodología científica y una transferencia de conocimientos
tecnológicos, en la obtención de datos exactos y precisos y
particularmente en la exclusión de la teleología de la que
son tan adeptos los médicos sin una formación científica
adecuada.
Del párrafo anterior se deduce que debe existir un programa
gradual para fomentar la investigación
clínico-epidemiológica, y que gran parte de las medidas que
se deben tomar son sumamente complejas y atañen tanto a la
Facultad de Ciencias Médicas como a toda la Universidad, que
debe contemplar: 1°) Poseer Hospitales con una estructura
básica que permita atender a los pacientes adecuadamente.
2°) Existencia de aparatos y equipos para realizar exámenes
complementarios confiables y eficientes. 3°) Funcionamiento
a pleno de un programa de residencia y becas de
investigación, ordenado, de complejidad creciente y
supervisado en forma permanente. En muchos de nuestros
Hospitales se dan estas condiciones y sin embargo la
producción en investigación clínica es pobre e insuficiente.
La causa de este fenómeno radica sin duda en la carencia de
actitudes y aptitudes para contestar a preguntas que aún no
tienen respuesta o resolver problemas para los cuales
todavía no existe una solución eficaz conocida.
Aunque para resolver este asunto no existen formulas
perfectas e infalibles, puede esbozarse un plan, en sucesión
de etapas que contemple: a) Crear un Departamento de
Investigación Clínica y Bioestadística, a cargo de un
docente-investigador con experiencia probada con
publicaciones en revistas de prestigio internacional y a
tiempo completo. Entre tres y seis auxiliares becarios de
doctorado clínico-quirúrgico, y entre seis y diez ayudantes
alumnos con interés en realizar investigación clínica. Una
secretaria editora, ligada a la Revista de la Facultad y
personal de maestranza. Un lugar físico adecuado. Recursos
materiales y de comunicación actualizados y suficientes. El
financiamiento de la investigación debería correr mediante
la obtención de subsidios concursados ante entidades
públicas y/o privadas, sean estas de la propia universidad,
o entes nacionales, provinciales o municipales y el del
programa por parte de la Facultad mediado por la Secretaría
de Ciencia y Técnica, junto a recursos dispuestos por el
Hospital en cuestión. Esta pequeña masa crítica, actuará como
agente de cambio, implicando un aporte fundamental para
iniciar y encausar la investigación, ya que para investigar
es indispensable que tengan disposición, formación y tiempo,
para organizar, comentar, discutir, incentivar, formar y
ayudar a quienes tengan genuino interés por la investigación
seria y de calidad. Existe acuerdo en que no es necesario
hacer reglamentos complicados, que dificulten y burocraticen
la tarea investigativa. Los investigadores deben rendir
cuenta de su labor mediante el control de gestión de su
producción científica. b) En cada unidad debe crearse una
biblioteca real o virtual que cubra al menos las
suscripciones de 30 revistas esenciales, con una
bibliotecaria capacitada y acceso electrónico mediante dos
computadoras a bases de datos por internet de banda ancha.
La biblioteca debe ser un servicio esencial y prioritario,
en un hospital que pretende hacer atención médica de
calidad, docencia universitaria e investigación. c)
Inclusive hoy, la correlación anátomo-clínica continua
siendo el fundamento del diagnóstico clínico-quirúrgico
probado, un hospital escuela, debe contar con un
departamento de anatomía patológica que realice un número
suficiente de autopsias. Sin ello el diagnóstico y la
calidad de los datos son solo ejercicios mentales no
fidedignos. Las autopsias deben complementarse con sesiones
anátomo-clínicas periódicas, donde se discutan los casos con
alto nivel científico y respeto mutuo.
Esta propuesta puede pecar de demasiado simple y despojada,
pero tiene la fortaleza de ser no solo factible, sino
también realizable con recursos que ya existen, y no están
aún organizados.
La investigación médica es además, el método por excelencia
para mejorar la calidad de atención médica, y de crear
conocimientos propios y genuinos para la docencia, además
aviva el espíritu crítico, el pensamiento y la reflexión y
tira por la borda el principio de autoridad, que tanto daño
le hace al progreso de la ciencia.

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