TRABAJO DE REVISIÓN
La importancia del
laboratorio en el diagnóstico del síndrome de Sjögren
primario
The importance of laboratory in the diagnosis in Sjogren´s
syndrome
Pilar Brito-Zerón, Albert Bove, Marta Perez-de-Lis,
Candido Diaz-Lagares,Myriam Gandía, Miriam Akasbi,
María José Soto-Cardenas, Roberto Pérez-Alvarez,
Antoni Siso, Manuel Ramos-Casals.
Revista de la Facultad de
Ciencias Médicas 2009, 66(1): 14-30
Laboratorio de Enfermedades
Autoinmunes Josep Font, Servicio de Enfermedades
Autoinmunes, IDIBAPS, Hospital Clínic, Barcelona
*CAP Les Corts, GESCLINIC, Hospital Clínic, Barcelona
1.
INTRODUCCIÓN
El síndrome de Sjögren (SS) es
una enfermedad autoinmune sistémica que se caracteriza
fundamentalmente por la presencia de sequedad ocular
(xeroftalmía) y bucal (xerostomía), debido a la infiltración
de las glándulas lagrimales y salivares por células
linfoplasmocitarias. Estos infiltrados originan una
destrucción progresiva de las glándulas exocrinas, con la
consiguiente disminución de las secreciones glandulares y la
aparición de sintomatología relacionada con la sequedad de
las mucosas infiltradas. La hiperactividad de los linfocitos
B periféricos es el principal dato inmunológico presente en
el SS. Históricamente, las primeras descripciones de
pacientes con sequedad de mucosas se realizaron a finales
del siglo pasado, aunque no fue hasta 1933 cuando un
oftalmólogo sueco, Henrik Sjögren, englobó dichas
manifestaciones en un trastorno autoinmune generalizado que
presentaba además otros signos de afección sistémica, como
artritis o anemia (1). Al igual que en otras enfermedades
autoinmunes sistémicas, las alteraciones analíticas no son
raras dentro del SS, e incluso pueden ser la primera
manifestación en algunos pacientes.
2. ALTERACIONES DE LAS
PROTEÍNAS SÉRICAS
Las anormalidades
en la concentración de las proteínas séricas contribuyen al
igual que las alteraciones hematológicas, al gran espectro
de manifestaciones biológicas que conforman el SS.
2.1. Reactantes de fase aguda
La VSG suele estar elevada en la mayoría de los pacientes
con SS e incluso puede sobrepasar los 50 mm en la primera
hora en más del 60% de los pacientes (2).En muchas
ocasiones, una VSG elevada se relaciona de forma directa con
una elevación importante de las proteínas circulantes,
especialmente a expensas de
una marcada
hipergammaglobulinemia. Se han encontrado elevaciones
mayores de la VSG en aquellos pacientes con anticuerpos
Ro/La (+) (3), describiéndose como un factor predictivo de
evolución a SSp en pacientes con síndrome seco (4).
La cuantificación de las proteínas totales puede ser
superior a 75 g/l en un 80% de los casos y en el
proteinograma, las fracciones *1 y *2 pueden estar elevadas
en un 20% de los casos (2). Finalmente, no se han realizado
estudios sobre el papel diagnóstico de la PCR en el SS,
aunque en un estudio preliminar (5) se han descrito valores
normales en 22 de 24 pacientes con SSp respecto a pacientes
con SS asociado a AR. Por otra parte, Davidson et al (3) no
han encontrado diferencias significativas respecto a el
valor medio de la PCR en pacientes con SSp agrupados según
su perfil inmunológico (seronegativo, ANA/FR o Ro/La). Es
posible que la principal utilidad de la PCR en el SSp sea el
diagnóstico diferencial entre la infección y la actividad
sistémica de la enfermedad.
2.2. Alteraciones de las gammaglobulinas
La elevación de las gammaglobulinas séricas es uno de los
principales datos analíticos característicos del SS, con una
prevalencia que puede alcanzar hasta el 70% de los casos
(2). Otros tipos de alteraciones descritos son la aparición
de una banda monoclonal y la existencia de
hipogammaglobulinemia o déficits de ciertas
inmunoglobulinas.
a) Hipergammaglobulinemia policlonal
La hipergammaglobulinemia policlonal es uno de los datos
analíticos más característicos del SSp y es el reflejo
directo de la hiperactividad linfocitaria característica de
la enfermedad. Aunque se ha descrito tanto en el SSp como en
el secundario, ya en los estudios clásicos de los años 70 se
consideró como un dato más representativo de la forma
primaria de la enfermedad.
Aunque en los estudios clásicos (6) se describe la
existencia de hipergammaglobulinemia en casi el 100% de los
pacientes con SS, estudios posteriores describen porcentajes
inferiores que oscilan entre el 36-42% (6-9)
(Tabla 1).
Alexander et al (7) encontraron cifras de gammaglobulinas
>4g/l en el 36% de pacientes con SS, mientras que en el
estudio reciente de Skopouli et al (132) se encontró una
hipergammaglobulinemia (>2g/l) en el 42% de los pacientes
con SS.
Los trastornos ocasionados por la elevación de las
gammaglobulinas son excepcionales y no suelen observarse
fenómenos clínicos de hiperviscosidad ni defectos en la
acidificación renal causados por la hipergammaglobulinemia,
aunque Skopouli et al (9), describieron un paciente con una
importante hipergammaglobulinemia que murió por un
tromboembolismo pulmonar severo. En cambio, la relación
entre la hipergammaglobulinemia y la afección cutánea en
forma de púrpura fue descrita en pacientes con SS en los
años 60 y 70, bajo el nombre de púrpura hiperglobulinémica
de Waldenström, considerándose incluso como una entidad
independiente (10,11). Posteriormente se ha comprobado que
en los pacientes con SSp, la existencia de púrpura e
hipergammaglobulinemia probablemente forman parte del
conjunto de manifestaciones extraglandulares y biológicas
asociadas al SSp. Finalmente, la existencia de
hipergammaglobulinemia se ha asociado con la positividad de
los anticuerpos anti-Ro/SSA. Alexander et al (7) encontraron
que los pacientes que muestran positividad ante dichos
anticuerpos son serológicamente más reactivos que aquellos
que no los presentan.
Respecto a la elevación específica de las subclases de
inmunoglobulinas, lo más frecuente es el aumento de la IgG
>1.5gr/L, que se ha reportado en el 80% de los casos (2) y
algún estudio ha demostrado que los pacientes con síndrome
seco y niveles elevados de IgG, acaban por desarrollar con
más frecuencia un SSp (4). Los niveles de IgA suelen ser
normales, aunque los de IgA secretora suelen ser el doble de
lo normal (2). Los niveles de IgM generalmente son normales
(2), aunque se han observado elevaciones policlonales en
pacientes con SS asociado a esclerodermia (ES) o a la
presencia de niveles elevados de factor reumatoide (FR).
b) Hipogammaglobulinemia y déficits de inmunoglobulinas
La presencia de hipogammaglobulinemia en pacientes con SS se
ha considerado clásicamente como presagio de linfoma
maligno. Bloch et al encontraron una prevalencia de
hipogammaglobulinemia del 3% (2 de 62 pacientes), los 2
casos asociados a reticulosarcomas. Por otra parte, estudios
recientes han encontrado que cerca de un 20% de pacientes
con SSp presentan cifras bajas (<1.5g/l) de gammaglobulinas,
un dato analítico asociado a una menor frecuencia de
anticuerpos anti-Ro y anti-La (12).
Por otra parte, se han descrito algunos casos de
deficiencias de inmunoglobulinas asociadas al SSp. La
inmunodeficiencia descrita con más frecuencia en el SS es el
déficit de IgA, aunque debe considerarse como una asociación
muy infrecuente ya que desde 1971 sólo se han reportado 7
casos (13-20).
En los 7 pacientes descritos con SS y deficiencia selectiva
de IgA, sólo se han descrito infecciones de repetición en un
paciente y episodios de parotiditis en otros 2.
Otro trastorno menos frecuente es la deficiencia de IgG2,
que se ha relacionado con una mayor susceptibilidad a
infecciones bacterianas neumocócicas (16). Sin embargo,
Eriksson et al (18) mencionan que los pacientes con SS
pueden tener una deficiencia de IgG2 a pesar de tener
niveles elevados de IgG, y que tal deficiencia no predispone
por sí sola a desarrollar infecciones.
c) Inmunoglobulinas monoclonales circulantes
La existencia de inmunoglobulinas monoclonales circulantes
es un dato frecuente en pacientes con SS, ya que se piensa
que las inmunoglobulinas monoclonales y el FR se producen en
etapas tempranas de forma local en las glándulas salivales
de estos pacientes. Aunque la aparición de un pico
monoclonal cuantitativamente importante puede ser la primera
manifestación biológica del desarrollo de un proceso
linfoproliferativo, no es infrecuente observar en pacientes
con SSp, la existencia de una gammapatía monoclonal de
significado incierto (GMSI) que obliga a descartar su
asociación con un síndrome crioglobulinémico y a realizar en
estos pacientes un estrecho seguimiento clínico (21).
Mediante electroforesis en gel de agarosa de alta
resolución, capaz de detectar cantidades mínimas de
gamaglobulinas indetectables por métodos electroforéticos de
rutina, se pueden detectar cadenas monoclonales en el 47% de
los pacientes en suero y en el 76% en orina (2). En un
estudio de 1983, se observó la presencia de cadenas ligeras
monoclonales en el 100% de los pacientes con SS que
presentaban manifestaciones extraglandulares frente al 22%
de pacientes que presentaban exclusivamente un síndrome seco
(22). En un estudio japonés (23) se describió la presencia
de cadenas ligeras monoclonales en el 70% de los pacientes
con SS y manifestaciones extraglandulares, además de
encontrar bandas ligeras en orina. En este estudio, se
describieron 18 pacientes con SS e inmunoglobulinas
monoclonales: 8 bandas de tipo IgA, 4 IgG, 4 IgM y 2 con
doble banda monoclonal (IgMκ/IgGκ e IgAκ/IgGκ). Por otra
parte, se revela la importancia de la GMSI como complicación
del SS en un grupo de pacientes japoneses y no japoneses. En
ambos grupos, las inmunoglobulinas monoclonales
predominantes fueron: 27 IgM, 11 IgA, 6 IgG y una proteína
de Bence Jones en un paciente japonés (23).
d) *2 microglobulina
La *2 microglobulina es una proteína de bajo peso molecular
(11.700 daltons) secretada por células nucleadas (linfocitos
y otras células); forma la cadena ligera de los antígenos
leucocitarios humanos (HLA) y se une de forma no covalente a
diversas glucoproteínas transmembrana, como a la molécula
HLA clase I. Normalmente se encuentra en concentraciones
bajas en suero, líquidos corporales y secreciones (24).
Los niveles de *2 microglobulina en suero se encuentran
elevados en pacientes con SS y esta elevación se ha
relacionado con algunos aloantígenos de histocompatibilidad.
En un estudio realizado en 24 pacientes con SS se encontró
que en aquellos con elevación de la *2 microglobulina
predominaba el haplotipo HLA DR3 y en menor frecuencia el B8
(25). Por otra parte, los niveles de *2 microglobulina se
han considerado como un factor predictivo de evolución a SSp
en pacientes con síndrome seco (4).
También se han detectado niveles elevados de *2
microglobulina en las glándulas salivales de pacientes con
SSp, indicando de esta manera su relación con el grado de
infiltración linfocitaria. En un estudio realizado en 49
pacientes con sospecha de SS se encontró una concentración
elevada en saliva de la *2 microglobulina (*4 *g/ml) en 35%
de ellos, todos diagnosticados de SSp, mientras que el 65%
restante, presentaron un SS asociado o bien un síndrome seco
(24).
Además de la elevada concentración de la *2 microglobulina
presente en las glándulas salivales de pacientes afectos con
SSp, también se han encontrado niveles significativos de
esta proteína en suero de pacientes con diversas
afectaciones extraglandulares, especialmente a nivel
pulmonar, nefrológico y linfoproliferativo.
Se ha propuesto que concentraciones elevadas de la *2
microglobulina en pacientes con enfisema pulmonar se asocian
con la existencia de una enfermedad obstructiva de las vías
aéreas pequeñas, siendo los niveles de esta proteína en
suero inversamente proporcionales a la capacidad vital
forzada (CVF), volumen espiratorio forzado en el primer
segundo (FEV1) y la DLCO (26). También se han descrito
niveles elevados de *2 microglobulina en pacientes con SSp y
alveolitis linfocítica o neutrofílica.
Por otro lado, se ha estudiado la relación entre niveles
elevados de *2-microglobulina y la afección renal en el SS.
Pertovaara et al (27) encontraron ATRd en 18 de 55 pacientes
(33%), los cuales mostraron niveles elevados de *2
microglobulina en suero respecto a los pacientes con
capacidad de acidificación normal. Esto sugiere que los
niveles elevados de *2 microglobulina en pacientes con
afección renal, traducen la existencia de una prolongada
activación linfocitaria y por lo tanto, reflejan la
severidad del SS. También se observó una correlación entre
la presencia de niveles elevados de *2 microglobulina con la
existencia de hipertensión y una duración prolongada de los
síntomas de sequedad. Finalmente, también se ha relacionado
la existencia de niveles elevados de la *2 microglobulina
con la presencia de tumores malignos. Michalski et al (24)
encontraron una elevación de la *2 microglobulina en el 77%
de pacientes con SS asociado a linfoma o pseudolinfoma.
De acuerdo con lo descrito anteriormente, la detección de la
*2 microglobulina en saliva y suero puede ser un método útil
y sencillo para estimar el grado de infiltración
linfocitaria activa en los órganos afectos por el SS.
También se podría utilizar como un parámetro útil de
laboratorio en respuesta al tratamiento, ya que el
incremento en proliferación y aumento de masa linfoidea se
correlaciona con los niveles de *2 microglobulina (24).
3. ALTERACIONES
HEMATOLÓGICAS
La existencia de alteraciones
hematológicas es un dato analítico que con frecuencia nos
encontramos en pacientes con SSp. Diversos autores han
descrito alteraciones analíticas en el 40 y el 50% de los
pacientes con SSp. Aunque en la mayoría de las ocasiones
dichas alteraciones no poseen una traducción clínica, se han
descrito diversos casos de debut de un SSp por una
hemocitopenia grave y sintomática.
3.1. Alteraciones en la serie roja
La anemia está presente entre el 16 y el 50% (según las
distintas series) de los pacientes con SS (6,7,9,28)
(Tabla 2).
En general, el tipo más frecuente de anemia es similar a la
que se observa en las enfermedades inflamatorias crónicas,
es decir, normocítica y normocrómica (2,6). Cabe mencionar
que en ocasiones la anemia puede ser debida a causas
farmacológicas (2) por ejemplo, a tratamientos prolongados
con dosis altas de antiinflamatorios no esteroideos (AINES)
(hemorragia digestiva) y corticoides (hipoplasia medular e
insuficiencia renal).
Existen pocos estudios que hayan analizado las
características de la anemia en el SS. En 1965, Bloch et al,
encontraron anemia en 15/62 (24%) pacientes, aunque
solamente 3 tenían un Hcto <30% (2 por una anemia
ferropénica y 1 por un síndrome de Felty, en el cual la
anemia revirtió tras la realización de una esplenectomía).
Alexander et al (7), en un estudio realizado en 75
pacientes, encontraron anemia en un 33% de pacientes siendo
la mayoría de ellos anti-Ro/SSA (+). El anticuerpo anti-Ro/SSA
puede coexistir con marcadores de hiperrreactividad de
células B (hipergammaglobulinemia, FR) y otras citopenias
apoyando así una patogénesis autoinmune de la anemia (29).
Ramakrishna et al (28) encontraron anemia en 10 de 27
pacientes (37%), aunque sólo describieron una causa evidente
de anemia en 7 de ellos: 3 con anemia hemolítica autoinmune
(AHAI), 2 con anemia refractaria asociada a síndrome
mielodisplásico, 1 con aplasia pura de la serie
eritrocitaria y otro paciente con anemia aplásica.
Realmente, la mayoría de estos procesos hematológicos suelen
ser una causa excepcional de anemia en el SSp que a
continuación analizaremos por separado (7,9,18,28-40)
(Tabla 3).
Anemia hemolítica autoinmune. Aunque algunos estudios
consideran la positividad a la prueba de Coombs, como una
alteración hematológica frecuente en el SS, entre el 22 al
47% de los pacientes, la hemólisis franca es poco habitual
(29).
La AHAI es una manifestación hematológica infrecuente del
SSp, ya que hasta la fecha sólo se han descrito 22 pacientes
(Tabla 4). Sin embargo,
suele hallarse con más frecuencia en pacientes con SS
asociado (asociado a AR, LES o ES) o asociado a procesos
linfoproliferativos malignos (31). De los casos con SS y
AHAI publicados, la mayoría fueron tratados con corticoides,
obteniendo buena respuesta, aunque en 3 pacientes fue
necesario añadir un tratamiento inmunosupresor (azatioprina
en 2 y ciclofosfamida en 1 caso) (17,28,29,31,32,34) (Tabla
4).
De forma excepcional, la AHAI puede ser la primera
manifestación hematológica de un SSp incipiente (29), por
ello, dada la variabilidad de presentación del SS, es
imprescindible incluir al SSp en el diagnóstico diferencial
de la AHAI.
La causa de la anemia hemolítica en el SS se desconoce. La
hiperactividad de los linfocitos B con la consiguiente
producción de múltiples autoanticuerpos es el dato
característico del SS y no cabría descartar la posible
producción de anticuerpos antieritrocitarios como causantes
de la anemia hemolítica en esta enfermedad (31). Es de
importancia mencionar la relación que se ha encontrado entre
la anemia hemolítica y la presencia de anticuerpos anti-Ro/SSA.
El mecanismo por el cual los anticuerpos anti-Ro/SSA y anti-La/SSB
puedan intervenir directamente en el desarrollo de
citopenias, se relacionaría con la existencia de diversos
estímulos que provocarían la expresión anómala de los
antígenos SSA y SSB en la membrana celular cuando
habitualmente se localizan en el núcleo (28). Estos
estímulos pueden ser tan diversos como la exposición de las
células a rayos ultravioleta o infecciones por diversos
virus, como el adenovirus o aquellos con un determinado
tropismo medular, que inducirían la lisis por
autoanticuerpos de los hematíes. Finalmente, se ha descrito
un caso de anemia hemolítica en un recién nacido de una
madre con SS portadora de anticuerpo anti-Ro/SSA, lo que
muestra la implicación de los anticuerpos anti-Ro/SSA en las
alteraciones hematológicas de la enfermedad (28).
Aplasia medular. Aunque el primer caso de anemia aplásica
en el SS se describió en un paciente con linfoma, se han
publicado 4 casos (28,35-37) no asociados a procesos
linfoproliferativos (37). La anemia aplásica también se ha
descrito asociada a otras enfermedades del tejido conectivo,
particularmente con el LES, aunque generalmente se debe al
tratamiento inmunodepresor. Hasta la fecha, no se han
realizado estudios específicos en pacientes con SS y anemia
aplásica para delinear los mecanismos o para estudiar la
existencia de inhibidores de formación de colonias en suero
(28). Es probable que un mecanismo autoinmune similar al
descrito en el LES esté implicado en la patogenia del SS con
anemia aplásica. Por otra parte, se ha reportado un paciente
con la traslocación (q24, p23) en el gen (14q 24), donde
está localizado el gen que codifica el factor de crecimiento
tumoral *, una linfocina hematopoyética supresora. Dicha
translocación podría conducir a una expresión anormal del
gen del factor de crecimiento tumoral * y por lo tanto, a la
supresión de la hematopoyesis (37). Estudios in vitro, han
demostrado la existencia de anticuerpos IgG (dependientes o
no de complemento) que inhiben la proliferación de la médula
ósea (28) en pacientes con LES, aunque no se han realizado
estudios similares en pacientes con SS.
Aplasia pura de la serie roja. La aplasia pura de la serie
roja se ha descrito de forma excepcional en el SS (28), tan
sólo se han descrito 2 casos en la literatura (28,41),
aunque existen otros casos adicionales en asociación con
otras enfermedades autoinmunes como el LES y la AR. Los
pacientes suelen presentar una anemia normocítica y
normocrómica grave, asociada a reticulopenia y ausencia de
eritroblastos en una médula ósea normal (41). La etiología
de este síndrome hematológico en asociación con el SSp se
desconoce, aunque parece ser que los mecanismos autoinmunes
podrían ser los responsables del desarrollo de esta anemia,
pues estudios in vitro han implicado al inhibidor
eritropoyético IgG en suero y/o linfocitos citotóxicos como
mediadores de la aplasia eritrocitaria (28,41). Sin embargo,
algunos autores han puesto en duda una posible asociación
(42). Esta inhibición afectaría a las células eritroides en
diferentes etapas del desarrollo. Como los pacientes con SSp
tienen un riesgo elevado de desarrollar linfomas, y
considerando que la aplasia de la serie eritrocitaria puede
ser la primera manifestación de una leucemia (linfocítica o
linfoblástica) o de un linfoma (Hodgkin o no Hodgkin), es
importante realizar un seguimiento clínico estricto de estos
pacientes (41).
Mielodisplasia. Se han descrito pocos casos de pacientes
con síndrome mielodisplásico en relación con el SS e incluso
con el LES. Ramakrishna et al (28), describieron 2 pacientes
ancianos con SS y anemia refractaria con sideroblastos en
anillo. La presencia del síndrome mielodisplásico podría ser
un hecho casual no relacionado con el SS pero sí con su edad
avanzada. El síndrome mielodisplásico puede acompañarse de
diversas anormalidades inmunológicas, incluyendo la
presencia de ANA, aunque no hay estudios que relacionen este
hecho con la asociación de enfermedades autoinmunes.
Anemia Perniciosa. La anemia perniciosa es infrecuente en
el SS, aunque suele ser la consecuencia final de una
gastritis atrófica crónica, que es la afección
gastrointestinal más frecuente dentro del SSp (40). La
asociación entre anemia perniciosa y SS fue descrita
inicialmente por Wegelius et al (39) en 1950. En 1970,
Williamson et al (38) describieron 2 pacientes con síndrome
seco (xeroftalmía y xerostomía) y anemia perniciosa. Pedro
Bodet et al (40) publicaron en 1993 otro caso adicional.
En la patogenia de la gastritis atrófica crónica en el SS,
es probable que la inflamación crónica gástrica, conduzca a
atrofia y consecuentemente a una anemia perniciosa. Sin
embargo, la gastritis atrófica crónica no es suficiente para
el desarrollo de una anemia perniciosa (40). La razón de
esto se desconoce, aunque puede ser debido al patrón
parcheado de la gastritis atrófica crónica en la mayoría de
los casos, dejando así zonas libres de afección. Algunos
estudios sugieren que la gastritis atrófica crónica en el SS
está causada por la propia enfermedad de base ya que se han
encontrado infiltrados mononucleares en la mucosa gástrica
(40). Por otra parte, los anticuerpos anti-célula parietal (anti-CP)
podrían tener un significado diagnóstico en la enfermedad,
aunque su frecuencia en el SS varía ampliamente, entre el 10
y el 50%.
3.2. Alteraciones de la serie blanca
Entre un 12 y un 33% de los pacientes con SS pueden
presentar leucopenia (6,7,9,43)
(Tabla 5).
Bloch et al encontraron una prevalencia de leucopenia del
32% (20 de 62 pacientes), la mayoría con cifras cercanas a
3.000/mm3, aunque en 8 pacientes oscilaba entre 1500 -
2400/mm3. Alexander et al (7) encontraron una prevalencia
del 23% de leucopenia (17 pacientes de 75), de los cuales,
14 mostraban anti-Ro/SSA positivo. En el estudio de Aoki et
al (43), se encontró una prevalencia similar (26%), mientras
que Skopouli et al (9) en un estudio de 261 pacientes,
encontraron una prevalencia de leucopenia del 12%. Cabe
destacar que la asociación de leucopenia y síndrome de Felty
se ha descrito en algunos casos, especialmente en pacientes
con SS asociado a AR (2).
Linfocitos. Se ha descrito la existencia tanto de
linfocitosis como de linfopenia en el SSp. La presencia de
linfocitosis en el SS se presenta en un 10 y 40% (2). Bloch
et al encontraron linfocitosis en 7 pacientes de 62 (11.3%).
Por otro lado, Aoki et al (43), encontraron linfopenia en 35
de 99 pacientes (35.3%). En este estudio, los pacientes con
linfopenia mostraron menor frecuencia de artralgias aunque
la presencia de anti-Ro/SSA y anti-La/SSB fue más frecuente,
mientras que otros autores han reportado linfopenia absoluta
en pacientes con SS principalmente asociado a AR. La causa
de la linfopenia en el SS se desconoce. Henriksson et al
(44), en un estudio de 214 pacientes con SSp, fueron los
primeros en demostrar la presencia de anticuerpos anti-CD4
en los lecucocitos de1 12% de pacientes con SSp. Sin
embargo, no se encontró correlación alguna entre la
presencia de anticuerpos anti-CD4 y la linfopenia. La
presencia de anticuerpos anti-CD4 en pacientes con SS es una
característica frecuente en pacientes con infección por el
VIH y SS, lo que apoya una posible implicación vírica en la
patogenia de la enfermedad.
Eosinófilos. La eosinofilia es una anomalía descrita en
las series clásicas en aproximadamente un tercio de los
pacientes con SS (30%) (2). Bloch et al encontraron una
prevalencia similar en un estudio de 62 pacientes: 27
presentaban más de 3% de eosinófilos; 16 más de 6% y 5 más
de 10%, aunque sólo un paciente tuvo eosinofilias repetidas
superiores al 30%. Es relevante destacar que ante la
coexistencia de linfopenia grave con eosinofilia debe
descartarse la existencia de un síndrome hipereosinofílico
asociado (2).
Neutrófilos. La neutropenia es una manifestación poco
frecuente dentro del SS, siendo más frecuente en
enfermedades como la AR y el LES. Se han publicado 6 casos
de neutropenia en el SSp, 4 en hombres y 2 en mujeres
(28,29,45-48) (Tabla 6).
Aunque estudios previos ya habían descrito de forma aislada
la existencia de anticuerpos antineutrófilo en pacientes con
SSp (49), fue en 1995 (50) cuando se analizó de manera
específica su presencia en una serie de 66 pacientes,
encontrándose una prevalencia del 45%. Los autores no
encontraron correlación entre la presencia de anticuerpos
con el recuento de neutrófilos, sugiriendo que los
autoanticuerpos se producen como consecuencia de la
liberación del Fc*RIIIb que sigue a la activación de los
polimorfonucleares (PMN). Aunque la neutropenia crónica es
un hallazgo infrecuente en el SSp (28), de manera puntual se
ha correlacionado con la existencia de anticuerpos
antineutrófilo (46). En otro estudio, Lamour et al (51)
analizaron la presencia de anticuerpos IgG e IgM contra el
Fc*RIII en 66 pacientes con SSp, encontrando una prevalencia
del 24% y 15%, respectivamente. Estos autores encontraron
una correlación significativa entre la neutropenia y la
presencia de artritis no erosiva, fenómeno de Raynaud,
afección pulmonar y la presencia del alelo HLA-DR3. Sin
embargo, no encontraron correlación con el nivel sérico de
IgG ni con el recuento sérico de PMN. Finalmente, se han
detectado niveles circulantes de Fc*RIII en pacientes con
SSp (52), ya que el Fc*RIII puede liberarse tras la
activación de los PMN. En conclusión, no es posible
establecer con claridad el papel de los anticuerpos
antipolimorfonucleares en el SSp con los datos que se
disponen en la actualidad.
Finalmente, la granulocitopenia inmune grave o
agranulocitosis es poco habitual en las enfermedades
autoinmunes en general y en particular en el SSp donde sólo
se han reportado 3 casos en la literatura (29,47,48).
c) Alteraciones de la serie plaquetaria
La alteración plaquetaria en el SSp se manifiesta
generalmente como una trombocitopenia leve (100 –
150,000/mm3) con una prevalencia que oscila entre el 8 y el
15% según diversos estudios (7,28,43)
(Tabla 7)
Bloch et al encontraron trombocitopenia leve (100 –
150,000/mm3) en 5 de 62 pacientes (8%) mas ningún caso de
trombocitopenia severa (<50,000/mm3). Ramakrishna et al (28)
en un estudio de 27 pacientes con SS describieron 5 con
trombocitopenia (19%), 4 de ellos diagnosticados de púrpura
trombocitopénica idiopática y dos de ellos con una buena
respuesta al tratamiento corticosteroide.
Una revisión de la literatura japonesa (53), ha reportado
más casos de trombocitopenia en pacientes con SSp que en el
SS asociado. De los 20 pacientes con SS estudiados, la
trombocitopenia se presentó en 16 con SSp y en 4 con SS
asociado.
Por otra parte, se considera que la trombocitopenia grave
(<50,000/mm3) es infrecuente dentro del SSp, tan sólo se han
descrito 6 casos de trombocitopenia grave (28,29,53)
(Tabla 8).
Entre ellos destacan 5 mujeres (entre los 37 y los 66 años)
y un varón de 9 años, en quienes se constatan datos de
sangrado espontáneo; los cinco pacientes fueron tratados con
corticoides, además de ciclofosfamida y plasmaféresis en la
única paciente que presentó diátesis hemorrágica. Por otra
parte, se ha descrito un caso de trombocitopenia severa de
causa farmacológica en un paciente con SS. Haro et al (54),
describieron un paciente con SS y fallo cardiaco, el cual
desarrolló trombocitopenia grave tras la aplicación de
digoxina. Esta revirtió tras la suspención inmediata del
medicamento. La coexistencia de un SSp con otros procesos
plaquetopénicos como la púrpura trombótica trombocitopénica
debe considerarse como un hecho excepcional. La
trombocitopenia en pacientes con SS está principalmente
causada por la destrucción plaquetaria debida a anticuerpos
antiplaquetarios o por la mediación de inmunocomplejos,
similar al de los pacientes con LES. En 3 pacientes con SS y
plaquetopenia descritos en la literatura, se han detectado
anticuerpos antiplaquetarios IgG y anticuerpos IgM en 1 caso
(53). La trombocitopenia se ha relacionado con la presencia
de anticuerpos anti-Ro/SSA y/o anticuerpos anti-La/SSB.
Alexander et al (7) encontraron trombocitopenia en 11% de
los pacientes (8 de 75) con SS, siete de ellos con anti-Ro/SSA
y Aoki et al (43) encontraron trombocitopenia en 7 de sus 99
(7%) pacientes, todos con anticuerpos anti-La/SSB. Es de
importancia mencionar que esta anormalidad hematológica fue
más frecuente en pacientes jóvenes y varones que en mujeres,
los cuales mostraron mayor tendencia a la afección cutánea,
a la presencia de ANA y FR.
En conclusión, la trombocitopenia, al igual que cualquier
otra anormalidad hematológica, puede constituir el primer
signo de un SS latente (29,55,56) bien sea primario o
asociado.
4. ALTERACIONES
INMUNOLÓGICAS
4.1. Anticuerpos antinucleares
La determinación de los ANA suele ser el principal dato
inmunológico a solicitar cuando se sospecha la existencia de
una enfermedad autoinmune. Su positividad forma parte de los
criterios diagnósticos tanto del LES como del SSp. La
positividad de los ANA en pacientes con SSp suele ser
superior al 80% (57), aunque los trabajos publicados
respecto a su asociación con manifestaciones clínicas son
escasos. Nuestro grupo (57) no ha encontrado relación
estadísticamente significativa con ninguna manifestación
clínica y sí con la presencia de anticuerpos anti-Ro/SSA y
anti-La/SSB. En pacientes con títulos elevados de ANA y
negatividad para anti-Ro/La, hemos detectado su asociación
con mayor frecuencia de afección pulmonar y fenómeno de
Raynaud.
4.2. FR
El FR es una inmunoglobulina IgM dirigida contra la fracción
Fc de inmunoglobulinas IgG autólogas circulantes. En la
mayoría de los estudios realizados en pacientes con SSp se
ha demostrado un porcentaje elevado de positividad para el
FR (58), cercana al 50%. Sin embargo, son pocos los trabajos
que han analizado la asociación entre la presencia de FR y
las manifestaciones clínicas e inmunológicas del SSp. En un
estudio se ha encontrado una prevalencia del 38%, destacando
una relación estadísticamente significativa con la presencia
de afección articular, vasculitis cutánea y positividad para
anticuerpos anti-Ro/SSA y anti-La/SSB. Es posible que en
algunos de los pacientes con SSp la detección de FR se
asocie a la presencia de crioglobulinemia, reflejando la
actividad de tipo FR que poseen dichas crioglobulinas.
4.3. Anticuerpos anti-Ro/SSA y anti-La/SSB
Los anticuerpos contra el antígeno Ro/SSA se describieron
por primera vez en 1962 en el suero de pacientes con SSp. Se
consideran los autoanticuerpos con mayor especificidad para
el diagnóstico del SSp, aunque aparezcan en porcentajes
variables (30 - 70%, según la técnica empleada y la cohorte
estudiada). Por otra parte, existe una clara relación entre
la existencia de anticuerpos anti-Ro/SSA maternos y bloqueo
cardíaco congénito (59). El primer dato sugestivo de SSp en
mujeres Ro positivas asintomáticas puede ser el nacimiento
de un niño con bloqueo cardíaco congénito, ya que el 60% de
las madres están asintomáticas en el momento del nacimiento.
También se ha descrito la asociación de miositis y
positividad para anticuerpos anti-Ro/SSA en pacientes con
SSp. Finalmente, se han descrito otras asociaciones.
Alexander et al (60) han descrito una mayor prevalencia de
parotidomegalia y linfadenopatía en pacientes con SSp y
anticuerpos anti-Ro/SSA. También se ha descrito una mayor
prevalencia de anti-Ro/SSA en aquellos pacientes con un
inicio precoz de la enfermedad (61). Clásicamente se ha
asociado la presencia de anticuerpos anti-Ro/SSA con la
existencia de anemia (60,62), leucopenia (3,60,52-64),
linfopenia (43,63,64) y trombocitopenia (43,62).
Recientemente se ha corroborado la asociación con leucopenia
en un análisis estadístico multivariado (65). Por otra
parte, diversos autores han asociado la existencia de
hipergammaglobulinemia con anticuerpos anti-Ro/SSA positivos
(60,62).
Por otra parte, diversos estudios han analizado la relación
entre los anticuerpos anti-La/SSB y las manifestaciones
clínicas del SSp. Venables et al (66) encontraron una
asociación entre el anti-La/SSB, parotidomegalia y el
desarrollo de púrpura cutánea. Otros autores han descrito su
asociación con la leucopenia, la linfopenia, la
hipergammaglobulinemia, el FR, la parotidomegalia y la
vasculitis (62). Por otra parte, se ha descrito mayor
afección articular, fenómeno de Rauynaud, vasculitis
cutánea, afección tiroidea y positividad para ANA, FR y anti-Ro/SSA
en aquellos con anti-La/SSB, además de una posible
asociación con linfopenia y trombocitopenia (65).
4.4. Otros autoanticuerpos
Los anticuerpos contra el ácido desoxirribonucleico de doble
cadena (anti-dsDNA) y los anti-Sm constituyen uno de los
criterios diagnósticos de LES, y no suelen detectarse en
pacientes con SSp. Estudios recientes sugieren que la
existencia de títulos elevados de anti-dsDNA en pacientes
con SSp sugiere una posible evolución a LES (67,68).
Respecto a los anticuerpos contra la ribonucleoproteína (anti-RNP),
se han descrito prevalencias que oscilan entre el 8 y el 28%
de casos, aunque probablemente se incluyan tanto SSp
primarios como asociados. De forma aislada se ha descrito la
positividad de anticuerpos anticentrómero (ACA) en pacientes
con SSp. Es posible que su detección pueda representar un
dato inicial de posible evolución a ES limitada. Es
aconsejable detectar los ACA en todo paciente con SS y
Raynaud, especialmente en aquellos con ANA a títulos
elevados con negatividad para Ro/La. Varios autores han
analizado la prevalencia de anticuerpos antifosfolipídicos (AAF)
en pacientes con SSp, encontrando una prevalencia que oscila
entre el 2 y el 33%, aunque su presencia suele considerarse
como un mero epifenómeno autoinmune sin repercusiones
clínicas. La presencia de anticuerpos AMA fue descrita por
primera vez en 1965 en pacientes con CBP, en los que se
detectan en un 95% de los casos. El frecuente solapamiento
entre la CBP y el SSp motiva que la detección de AMA en un
paciente con SSp sugiera la existencia de una CBP asociada
(69).
4.5. Crioglobulinas
Las crioglobulinas son inmunoglobulinas circulantes que
precipitan in vitro con el frío. Un estudio reciente (21) ha
analizado la presencia de crioglobulinas en 115 pacientes
con SSp, encontrando una prevalencia del 16%, muy similar a
la obtenida por Tzioufas et al (70) (19% en 103 pacientes).
El papel de las crioglobulinas en el SSp se centra en tres
importantes aspectos: su clara relación con manifestaciones
clínicas de tipo vasculítico, su asociación con el VHC
(obliga a descartar dicha infección en todo paciente con SSp
y crioglobulinemia) y finalmente, su carácter predictivo de
posible desarrollo a linfoma.
4.6. Hipocomplementemia
La determinación rutinaria del complemento (C3, C4 y CH50)
es una herramienta clínica importante en el manejo de
algunas enfermedades autoinmunes sistémicas. El mejor
ejemplo es el LES, en el cual, la hipocomplementemia se
correlaciona directamente con la actividad de la enfermedad,
especialmente con el desarrollo de neuropatía. A pesar de
que la hipocomplementemia es un dato inmunológico que con
frecuencia presentan los pacientes con SSp, su estudio en
esta enfermedad ha sido escaso. Suele observarse un descenso
del CH50, sobretodo a expensas del descenso de C4, siendo
más raro el descenso de C3. Suele traducir la existencia de
una crioglobulinemia asociada, y se ha demostrado que está
relacionada con una mayor frecuencia de procesos
linfoproliferativos y mayor mortalidad en pacientes con SSp
(9).
5. CONCLUSIÓN
A principios de este nuevo
siglo, casi 75 años después de la Tesis Doctoral de Henrik
Sjögren, los conocimientos que han aparecido en estos
últimos años han contribuido de forma crucial a despertar el
interés por la historia natural de una enfermedad
habitualmente poco conocida e incluso infravalorada entre
los propios médicos. La elevada prevalencia del SS primario
en la población general obliga a adquirir los máximos
conocimientos sobre su evolución, con el fin de ofrecer a
los pacientes la información más adecuada respecto a la
evolución de su enfermedad. Una correcta y acertada
interpretación de los datos analíticos del paciente,
incluyendo hemograma, proteínas séricas, reactantes y
autoanticuerpos, nos permitirá realizar un diagnóstico lo
más precoz posible de las complicaciones que puedan aparecer
durante el seguimiento del paciente y la instauración,
también lo más precozmente posible, de las estrategias
terapéuticas más adecuadas para mejorar la supervivencia y
la calidad de vida del paciente con SS primario.
TABLA 1.
Prevalencia de hipergammaglobulinemia policlonal en el
SSp
Autor |
Año |
Pacientes (n) |
Criterios SS |
Hipergammaglobulinemia
n (%) |
Definición
|
Bloch et al |
1965 |
62 |
NE |
62 (100) |
>1.4g/100ml |
Martínez et al |
1979 |
30 |
Bloch |
29 (97) |
NE |
Alexander et al |
1983 |
75 |
NE |
27 (36) |
>4g/l |
Sutcliffe et al |
1998 |
72 |
Europeos |
26 (36) |
NE |
Skopouli et al |
2000 |
261 |
Europeos |
109 (42) |
>2g/l |
TOTAL |
|
500 |
|
253 (50%) |
|
NE,
no especificado
TABLA 2.
Prevalencia de anemia en pacientes con SS
Autor |
Año |
Parámetro utilizado |
Pacientes
(n) |
Anemia
n (%) |
Bloch et al |
1965 |
Htc<38% |
62 |
15 (24) |
Martínez et al |
1979 |
NE |
30 |
15 (50) |
Alexander et al |
1983 |
Htc<35% |
75 |
25 (33) |
Ramakrishna et al |
1992 |
Hb<130g/l |
27 |
10 (37) |
Skopouli et al |
2000 |
Htc<35% |
261 |
42 (16) |
TABLA
3.
Pacientes con SSp y causas infrecuentes de anemia
Autor |
Año |
Pacientes
(n) |
Edad
|
Sexo |
Tipo de anemia |
Chudwin et al |
1981 |
1 |
10 |
H |
AHAI |
Boling et al |
1983 |
1 |
71 |
M |
AHAI |
|
1983 |
1 |
63 |
M |
AHAI |
Schattner et al |
1983 |
1 |
NE |
NE |
AHAI |
Alexander et al |
1983 |
3 |
NE |
NE |
AHAI |
Montecucco et al |
1986 |
1 |
27 |
H |
AHAI |
Ramakrishna et al |
1992 |
1 |
82 |
M |
AHAI |
|
1992 |
1 |
51 |
M |
AHAI |
|
1992 |
1 |
59 |
M |
AHAI |
Montane de la Roque et al |
1993 |
1 |
NE |
NE |
AHAI |
Usui et al |
1998 |
1 |
50 |
M |
AHAI |
Schattner et al |
2000 |
1 |
32 |
M |
AHAI |
Skopouli et al |
2000 |
8 |
NE |
NE |
AHAI |
Fye et al |
1980 |
1 |
41 |
M |
Anemia aplásica |
Yoshida et al |
1986 |
1 |
32 |
M |
Anemia aplásica |
Ramakrishna et al |
1992 |
1 |
64 |
M |
Anemia aplásica |
Quiquandon et al |
1997 |
1 |
28 |
H |
Anemia aplásica |
Williamson et al |
1970 |
2 |
NE |
NE |
Anemia perniciosa |
Wegelius et al |
1970 |
1 |
NE |
NE |
Anemia perniciosa |
Pedro- Bodet et al |
1993 |
1 |
76 |
H |
Anemia perniciosa |
Ramakrishna et al |
1992 |
1 |
65 |
H |
Anemia refractaria |
|
1992 |
1 |
75 |
M |
Anemia refractaria |
Giordano et al |
1995 |
1 |
40 |
M |
Aplasia pura serie roja |
Ramakrishna et al |
1992 |
1 |
36 |
M |
Aplasia pura serie roja |
M,
mujer; H, hombre; NE, no especificado; AHAI,
anemia hemolítica autoinmune
TABLA
4.
Pacientes con SSp y AHAI: tratamientos recibidos y evolución
Autor |
Año |
Edad |
Sexo |
Terapia inicial |
Tratamiento de mantenimiento |
Respuesta |
Schattner et al |
1983 |
NE |
NE |
Prednisona |
Azatioprina |
Buena |
Boling et al |
1983 |
71 |
M |
Prednisolona |
Prednisolona |
Hb = 130 g/L |
|
1983 |
63 |
M |
Prednisolona |
Prednisolona |
Buena |
Montecucco et al |
1986 |
27 |
H |
Prednisona |
Prednisona |
NE |
Ramakrishna et al |
1992 |
51 |
M |
Prednisolona |
Danazol |
NE |
|
1992 |
82 |
M |
Prednisolona |
Prednisolona |
Hb = 130 g/L |
|
1992 |
59 |
M |
Danazol |
Danazol |
Hb = 120 g/L |
Usui et al |
1998 |
50 |
M |
Prednisona |
Ciclofosfamida |
Buena |
Schattner et al |
2000 |
32 |
M |
Prednisolona |
Azatioprina |
Hb = 130 g/L |
M,
mujer; H, hombre; NE, no especificado; Hb,
hemoglobina
TABLA
5. Prevalencia de leucopenia en pacientes con SS
Autor |
Año |
Parámetro utilizado |
Pacientes
(n) |
Leucopenia
n (%) |
Bloch et al |
1965 |
<4000/mm3 |
62 |
20 (32) |
Martínez-Lavin et al |
1975 |
NE |
30 |
10 (33) |
Alexander et al |
1983 |
<4000/mm3 |
75 |
17 (23) |
Aoki et al |
2000 |
NE |
99 |
26 (26) |
Skopouli et al |
2000 |
<4000/mm3 |
261 |
31 (12) |
TOTAL |
|
|
527 |
104 (20%) |
NE,
no especificado
TABLA
6.
Pacientes con SSp y neutropenia: casos publicados
Autor |
Año |
Sexo |
Edad |
Alteración |
Starkebaum et al |
1981 |
H |
42 |
Neutropenia autoinmune crónica |
|
1981 |
H |
50 |
Neutropenia autoinmune crónica |
|
1981 |
H |
59 |
Neutropenia autoinmune crónica |
Ramakrishna et al |
1992 |
M |
51 |
Neutropenia autoinmune crónica |
|
1992 |
M |
58 |
Neutropenia autoinmune crónica |
Yamato et al |
1990 |
H |
74 |
Neutropenia autoinmune crónica |
Goske et al |
1980 |
NE |
NE |
Agranulocitosis |
Petrasovicova et al |
1990 |
NE |
NE |
Agranulocitosis |
Schattner et al |
2000 |
M |
77 |
Agranulocitosis |
M,
mujer; H, hombre; NE, no especificado
TABLA
7.
Prevalencia de trombocitopenia en pacientes con SS
Autor |
Año |
Criterio utilizado |
Pacientes
(n) |
Trombopenia
n (%) |
Bloch et al |
1965 |
<150000/mm3 |
62 |
5 (8) |
Alexander et al |
1983 |
<150000/mm3 |
75 |
8 (11) |
Ramakrishna et al |
1992 |
<150000*109l |
27 |
5 (15) |
Aoki et al |
2000 |
NE |
99 |
7 (7) |
TOTAL |
|
|
263 |
25 (9%) |
NE,
no especificado
TABLA
8.
Trombocitopenia grave (<50,000) en pacientes con SSp
Autor |
Año |
Plaquetas |
Edad |
Sexo |
Síntomas |
Tratamiento |
Respuesta |
Sugai et al |
1989 |
12000 |
37 |
M |
- |
Prednisona |
Plaq >150000 |
|
1989 |
42000 |
66 |
M |
Purpura |
Prednisona |
Plaq >150000 |
Ramakrishna et al |
1992 |
12000 |
51 |
M |
Purpura |
Prednisolona
Danazol |
NE |
|
1992 |
10000 |
9 |
H |
Hematomas
Sangrado de encías |
Prednisolona
Danazol |
Plaq >100000 |
|
1992 |
13000 |
65 |
M |
Hematomas |
Prednisolona
Danazol
Vincristina
Ciclosporina A |
Plaq <50000 |
Shattner et al |
2000 |
30000 |
58 |
M |
Sangrado de encías |
Prednisona
Ciclofosfamida
Plasmaféresis |
Buena |
M,
mujer; H, hombre; NE, no especificado; Plaq,
plaquetas
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