EDITORIAL
El desafío de mejorar la
calidad de la Revista de la Facultad de Ciencias Médicas
The challenge of improving the quality of the Revista
de la Facultad de Ciencias Médicas
Eduardo Cuestas.
Revista Facultad de
Ciencias Medicas 2010; 67(1): 6-14
Editor Asociado.
Este editorial se escribe con
motivo de la puesta en marcha de un nuevo método para
circular y evaluar los manuscritos remitidos para
valoración, incluye una breve semblanza de la trayectoria de
la revista desde su aparición, un comentario sobre la
necesidad de adaptar el nuevo proceso editorial a las
recientes tendencias en el mundo de las publicaciones
biomédicas, y algunas consideraciones sobre la conveniencia
de contribuir a la revista; este último apartado está
dedicado a los más jóvenes, que han de ejercitarse en la
dura disciplina de investigar y de escribir. Además, se
recalca la importancia del cuidado de este valioso
instrumento que los universitarios cordobeses nos hemos
otorgado, advirtiendo contra cualquier actitud de
relajación; apoyada en la creencia de que Revista de la
Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de
Córdoba es un árbol firmemente enraizado y que puede crecer
por sí sólo.
La Revista de la Facultad de Ciencias Médicas de la
Universidad Nacional de Córdoba nació en un momento del
devenir de la Facultad de Ciencias Médicas, en el que
seguramente todavía no se contaba y aún hoy no se cuenta,
con un grupo de investigadores que contribuyan a formar la
masa crítica necesaria para nutrir una publicación
periódica, pero se tuvo la visión de que un día en el futuro
así sería.
En la tarea editorial se ha ido desarrollando muy lentamente
una mentalidad más abierta y un hábito más democrático; lo
que ha permitido incluso que algunos de los miembros de
nuestra comunidad universitaria se hayan mostrado capaces de
publicar en revistas extranjeras con un alto nivel de
exigencia para la aceptación de originales. Para sostener la
calidad de la publicación se debe formar un grupo humano
realmente preparado para sostener una publicación periódica
propia, en la que reflejar las actividades científicas,
académicas y docentes, así como otros aspectos relevantes de
la vida universitaria y el ámbito profesional. El actual
Comité Editorial ha revertido el atraso sistemático en la
aparición de la revista, de 2 años a 6 meses en la
actualidad. Se espera para el próximo año lograr la puesta
al día de la edición. Este hecho implica el riesgo potencial
de perder la condición de revista indexada en diferentes
bases de datos nacionales e internacionales.
No debe dejar de resaltarse que gracias a la ayuda de un
comité editorial numéricamente escaso y puramente local
(compuesto sólo por miembros de la facultad) se editaron
numerosos volúmenes de la revista. La experiencia de los
miembros del comité editorial en la evaluación de trabajos
era prácticamente nula, ya que casi ninguno formaba parte
entonces, de comités de otras revistas y algunos ni siquiera
habían realizado publicación alguna, por lo que su capacidad
para actuar como revisores era muy limitada, e incluso
cuestionable. En cualquier caso, se trataba de iniciar el
camino y aprender. Sin embargo, el mérito mayor en el
lanzamiento y consolidación de la revista ha sido siempre,
pero más particularmente en aquella era inicial cuando la
revista no estaba incluida en Medline y Bireme, el de los
autores de los artículos aparecidos en ella; en efecto,
gracias a su oferta la revista tomó cuerpo y pudo sostener
el ritmo de su aparición periódica imprescindible para
solicitar su aceptación en bases de datos.
Últimamente se complementó el comité editorial con algunos
miembros extranjeros, se elaboró una cuidada lista de
revisores externos y surgió el ambicioso proyecto de acceder
a Scielo, y quizás también al Institute for Scientific
Information, (ISI) aún sabiendo que estos últimos objetivos,
meta ideal de cualquier publicación biomédica de aparición
periódica, eran difíciles de conseguir. Tras asesorarnos
acerca del protocolo y los pasos a seguir para que la
revista fuera aceptada, dirigimos una solicitud que fue
contestada en una amable carta en la que se nos informaba de
la necesidad de remitir varios números consecutivos ya
publicados para valoración, y superar además un riguroso
examen por parte de un comité que se reunía periódicamente.
Para evitar la discontinuidad en la publicación, en éste
período se ha emprendido la edición en línea de la revista,
para lo que se gestionó un ISSN propio para la edición
electrónica y se cuenta con la inestimable ayuda de las
bibliotecarias de nuestra Facultad y del cuerpo técnico del
Caicyt/Conicet.
Aunque estos logros puedan representar una satisfacción y un
privilegio (la revista es una de las cuatro únicas de
nuestro país que aparecen en Medline), debe mover a
reflexión el hecho de que este paso aparentemente
trascendental no ha conllevado un incremento significativo
ni en el número de originales ofertados por la comunidad
científico-académica, ni en su calidad media, encontrándose
uno incapaz de aportar una explicación plausible para este
paradójico hecho. Tras un recorrido por una planicie en la
que la revista se ha mantenido a un nivel sin variaciones
significativas, aunque recibe un número creciente de
artículos de otras provincias argentinas y países de América
y Europa, tendencia que debe ser considerada como
estimulante; sus autores son extranjeros de habla española y
nativos que envían sus manuscritos, luego de una intensa
campaña de divulgación de nuestra revista emprendida por
éste comité de redacción.
Otro progreso más reciente ha sido la edición de dos números
extraordinario anuales, con los resúmenes de los trabajos
presentados a las reuniones científicas llevadas a cabo en
el ámbito de nuestra Facultad y promovidas por la Secretaría
de Ciencia y Técnica y el Instituto de Virología. Ello tiene
dos ventajas; por un lado los resúmenes adquieren validez
curricular, ya que así pueden ser citados en cualquier
revista, y por otro, esta opción conlleva un mejor
aprovechamiento de la inversión que antes afrontaba la
Facultad en forma exclusiva.
Un problema permanente de la Revista de la Facultad de
Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba,
común por lo demás a la mayoría de las publicaciones
periódicas, y que hay que reconsiderar en la medida en que
se desarrollan más y más las ediciones electrónicas, es el
de la financiación de su edición. Es obvio que la edición es
responsabilidad de la Facultad, pero también está claro que
lo ideal es detraer la mínima cantidad de dinero de sus
arcas. Gracias a la paciente y cuidadosa gestión de la
Dirección de la Revista y de la Secretaría de Ciencia y
Técnica, las entradas por auspicios (Banco de la Provincia
de Córdoba e Instituto de Hemoderivados) han permitido
enjugar la mayor parte del costo de renovación, puesta al
día y publicación de la revista, dejando así fondos
suficientes para afrontar pagos y otros gastos.
El proceso global de la publicación de trabajos científicos
está sometido a tensiones, algunas de viejo cuño que se
reactivan de tiempo en tiempo, y otras de nueva aparición a
tenor del desarrollo de las nuevas tecnologías de difusión
de la información. Así, se analizan y cuestionan aspectos
tales como cuál debe ser el contenido ideal de una revista
médica, cuál la estructura de los trabajos, cuál la
metodología de circulación de los mismos (presentación en
papel, o a través por la red), cómo debe desarrollarse la
revisión por pares (abierta, cegada, etc.), y cuál debería
ser el soporte de la edición (papel vs electrónico). Todos
estos puntos deben ser considerados en relación con el
futuro inmediato de la Revista de la Facultad de Ciencias
Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba y el cambio
que se quiere introducir en el proceso editorial.
Durante un tiempo en el Comité Editorial de Neurocirugía, y
al igual que ocurre en todas las revistas, no han estado
todos los que son, ni son todos los que están. Así, si bien
la revisión de los trabajos ha sido llevada a cabo por la
mayoría de sus miembros, de manera lentamente progresiva, y
también al igual que se hace en otras revistas, se ha ido
requiriendo la ayuda de otros revisores no incluidos en el
mismo. En éste número de la Revista de la Facultad de
Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba
(Diciembre, 2009) aparece por primera vez el listado de
colegas que no estando incluidos en el Comité Editorial,
revisaron trabajos durante el año que finaliza. Esta
participación debe incrementarse por razones de eficacia del
propio proceso editorial, y para aprovechar y reconocer
mejor la capacidad de muchos de nuestros colegas. Por ello,
ninguno de los miembros de la comunidad universitaria podrá
sentirse marginado de esta laboriosa pero estimulante labor,
que al ser aceptada incitará también a los nuevos revisores
a publicar, contribuyendo así al engrandecimiento de Revista
de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad
Nacional de Córdoba.
A partir del mes de enero de 2010 se modificará la
circulación y evaluación de los artículos enviados a la
Revista de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad
Nacional de Córdoba, adoptando el sistema de envío por
correo electrónico, que durante un tiempo coexistirá con el
sistema convencional de envío por correo de superficie. En
esencia, un grupo de colegas se encargaran de enviar por
correo electrónico los trabajos a un conjunto de revisores
que realizarán la evaluación y se comunicarán con ellos,
acelerando y facilitando así de manera notable el engorroso
proceso editorial que se mantenía hasta ahora. Se espera con
ello que los trabajos sean mejor evaluados y que los autores
puedan recibir una ayuda mayor y más rápida para mejorar los
manuscritos. El anuncio formal de la introducción de este
cambio ha sido incluido por el Editor en la hoja de
instrucciones a los autores que aparece en el presente
número de la revista.
Al afrontar esta nueva etapa conviene comentar las
consideraciones y sugerencias de R. Smith, ex editor del
British Medical Journal, en relación con el desarrollo
futuro de la publicación en biomedicina. En una reciente
editorial escrita con motivo de su retirada, Smith comenta
la tendencia innata al conservadurismo de los cuerpos
editoriales de las revistas médicas, y la necesidad de
rediseñarlas para evitar que sean relicarios en los que se
ofrecen a los médicos montones de artículos que no leen y
que muchas veces no están preparados para valorar. Dice
Smith, "Si tuviéramos más claro cual es el propósito de las
revistas entonces podríamos rediseñarlas completamente. Poco
a poco, el contenido de las revistas pasaría de ser en su
mayoría, estudios originales -de los cuales sólo un 1%
aproximadamente resultan tanto válidos como relevantes para
los médicos - a ser un material de debate, instructivo, de
revisión y lleno de novedades. Es decir, un material que los
médicos lean. Pero esto sucede lentamente, porque los
modelos de negocio actuales funcionan en contra del cambio".
Según este autor, las fuerzas opuestas a este cambio han
motivado una especie de rebelión, favoreciendo la aparición
del modelo de "acceso libre" que aspira a que toda
investigación, la mayoría financiada con dinero público, se
ofrezca gratuitamente y a texto completo en la red. Para
Smith, la aparición en 1994 de la edición electrónica
gratuita del B Med J (bmj.com), financiada sobre la base de
la publicidad, ha sido el mejor florecimiento de la revista
hasta ahora, pero también nos dice que las revistas se
encuentran todavía en lo que sería su fase equivalente a los
primeros tiempos de las películas; el cine sonoro todavía no
ha aparecido. No obstante, diversas instituciones como
BioMed Central, la Public Library of Science, US National
Institutes of Health, el Howard Hughes Medial Institute, o
el Wellcome Trust, entre otras, han emprendido esfuerzos
financieros y logísticos para "catalizar la revolución
pendiente en las publicaciones en ciencias biomédicas,
proporcionando una demostración del valor y practicabilidad
de la publicación de acceso libre" al igual que el Caicyt en
Argentina.
Con el sistema de publicaciones actualmente vigente, la
investigación médica, financiada fundamentalmente por los
gobiernos, las universidades y fundaciones sin fines de
lucro, está disponible tan sólo para una pequeña fracción de
los potenciales lectores porque aparecen en revistas que
pocas instituciones públicas o particulares pueden pagar, y
cuando lo hacen es con costos cada vez más altos; así los
contribuyentes, que ya han hecho su aportación económica
para que se realice la investigación, deben pagar por ella
otra vez. Este doble pago convierte la publicación médica en
un lucrativo negocio que comporta unos beneficios de 7000
millones de dólares por año a las empresas editoriales. Como
consecuencia, el Wellcome Trust del Reino Unido concluye en
un análisis que "la publicación de los resultados de la
investigación científica no se traduce en el interés de los
científicos y del público, sino que es por el contrario
dominada por el intento comercial o del mercado en mejorar
sus propias posiciones". Se ha calculado que por las tasas
de suscripción y circulación de las publicaciones, la
comunidad científica está pagando actualmente alrededor de
4500 dólares por artículo, cuando tan sólo por una tercera
parte (1500 dólares) se podría hacer llegar el mismo a la
totalidad de sus miembros, en vez de al cada vez menos
nutrido grupo de suscriptores; ésta es la cantidad que la
Public Library of Science carga por articulo aceptado para
cubrir los costos de su procesamiento ("peer review &
technical editing") y su posterior distribución electrónica
haciéndolo así disponible sin cargos en su propia fuente "website",
en el PubMed Central, y en el archivo digital libre de la
National Library of Medicine. Este modelo comúnmente
etiquetado como "authors pays", fue iniciado por BioMed
Central que publica ya más de 100 "online journals" y supone
un cambio de paradigma en relación con el modelo
convencional "reader pays" de las suscripciones a las
revistas. Así, muchas instituciones que constatan la
diferencia en costos de la distribución de un articulo a
través de la web (coste próximo a cero), con los de una
separata de un articulo que conlleva los cargos de papel,
impresión, ensamblado y correo postal, han emprendido una
guerra feroz contra las firmas editoriales, (por ejemplo
Elsevier) que está conduciendo en muchos casos, tras un
tedioso "regateo", a la ruptura de la relación comercial
cancelando el envío de originales a tales editoriales. La
Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de
Córdoba, ha sido desde sus inicios, pionera y realiza
constantes esfuerzos en acercar la producción de los
investigadores del país y del extranjero en forma libre y
gratuita, tanto en la edición en papel como en la
electrónica de su revista
Si bien la idea del "acceso libre" a las publicaciones
biomédicas es un objetivo a perseguir, la cuestión crítica
es cómo hacerlo viable en términos económicos y si
finalmente podrá generalizarse. Sostener el proceso de
revisión por pares para depurar miles de manuscritos de los
que sólo una pequeña parte van a ser finalmente editados, es
un proceso muy caro al que se debe añadir después el costo
repercutido por los editores de revistas en papel; ¿Bastarán
los 1500 dólares por artículo para cubrir los costos de
producción de una revista de alta calidad en la que más del
90% de los manuscritos revisados son finalmente rechazados?
¿Qué fuerzas o instituciones pueden limitar este idílico
proyecto globalizador? Fundamentalmente las editoriales
médicas comerciales cuyos negocios son los más rentables de
la industria de los medios de comunicación, pero también las
propias instituciones académicas actúan como freno. En
efecto, éstas se apoyan fuertemente en la consideración del
factor de impacto como criterio para valorar la calidad de
la investigación publicada, y el atractivo para los
investigadores de las revistas con alto impacto disminuiría
automáticamente al tener que cambiar el modelo de
publicación habitual por otro nuevo que puede conllevar una
bajada del mismo. Así pues, la implantación del modelo de
"acceso libre", sea cualesquiera quien pague por la
publicación (autor o la institución que le emplea) no
resulta fácil y una alternativa, puesta ya en marcha por
algunas publicaciones (como Medicina de Buenos Aires), es
ofertar al autor la opción de pagar los costos del
procesamiento del articulo (modelo "autor pays "), que
estaría así disponible para todo el mundo de manera gratuita
y sería mejor conocida, o no pagar (modelo "reader pays "),
lo que limitaría la disponibilidad del mismo a tan sólo los
suscriptores. En cualquier caso, y en tanto se produce una
evolución adicional, la mayor parte de la investigación
biomédica original que se produce en el mundo permanece
oculta a la mayor parte de los lectores que podrían usarla,
por lo que la implantación del sistema de "acceso libre",
que se considera imparable, se ha comparado acertadamente a
la apertura de la cueva de Sésamo en publicación científica.
Para empeorar las cosas, y a causa de los mecanismos
fraudulentos que hacen posible en la práctica el acceso
libre a muchas publicaciones que se esfuerzan inútilmente en
protegerse del mismo, se ha desencadenado recientemente una
fuerte reacción por parte de muchos cuerpos editoriales y
revistas para evitar el acceso "pirata". Paradójicamente la
propia revista British Medical Journal, pionera como dijimos
en la política del libre acceso, ha sido la primera en
cerrar filas creando su propia editorial de revistas y
libros, y exigiendo naturalmente el pago por la
disponibilidad de los mismos. Esta tendencia avanza de
manera explosiva y cada vez más revistas aisladas o grupos
de revistas están haciendo lo mismo; la única ventaja que
presenta este cambio es rebajar los costos editoriales en
comparación con la situación anterior, cuando editoriales
independientes cargaban la publicación con costos
disparatados. Una tendencia o alternativa esperanzadora es
crear organismos nacionales que afronten de una vez los
costos para hacer después libre el acceso a todos los
miembros de la comunidad científica nacional; este es el
caso de la National Electronic Library for Health del
Servicio Nacional de Salud del Reino Unido. En nuestro país
existen organismos que se aproximan a este modelo, como
ScieLo Argentina del Caicyt/Conicet, pero no alcanzan la
universalidad, multiplicándose así de manera inútil los
costos por espacio físico, personal y tecnología.
La Revista de la Facultad de Ciencias Médicas está
disponible, desde hace poco y gracias al esfuerzo del este
Comité Editorial, libremente en la red, pues las autoridades
de la Facultad tuvieron el coraje de asumir el costo de su
libre difusión. Por tanto, nuestra revista "ya cumple" con
el deseable proyecto de la edición universal de libre
acceso, por lo que tiene poco que hacer en este sentido.
Quizás el único punto a considerar en un futuro sería la
aplicación del modelo ELPS, (electronic long - paper short =
es decir utilizar simultáneamente una edición
"electrónicamente larga" y otra "corta en el papel) que se
utiliza ya en algunas publicaciones con una reducción
considerable de los costos de la edición en papel al quedar
ésta abreviada. Se está planeando editar una versión extensa
en castellano en la red y en papel y una versión más corta
en inglés, sólo en línea, lo que mejorará sensiblemente la
transparencia, accesibilidad y visibilidad de la Revista.
En relación con la revisión por pares, Smith opina que este
proceso se encuentra aún en la era oscura; en efecto, existe
evidencia científica que "el sagrado proceso de la revisión
por pares es lento, caro, ineficaz, una lotería, parcial,
incapaz de detectar el fraude y propensas al abuso y las
pruebas hacia el lado de su valoración positiva son escasas;
sin embargo, y a causa de nuestra falta de imaginación,
sigue siendo el sistema menos malo, por lo que deberíamos de
mejorarlo en vez de suprimirlo. Mi visión es que una caja
negra tosca debería transformarse en una disertación
científica abierta mantenida a la vista y en tiempo real en
la red, si bien esta visión futurista no es ampliamente
compartida en el BMJ...". Según este autor, tampoco el uso
de formatos estructurados para la presentación de estudios,
como por ejemplo el CONSORT, ha logrado un desarrollo
importante y la mayoría de las publicaciones no exigen aún a
los autores que los utilicen.
Tras la celebración del último congreso Internacional sobre
el proceso de la "revisión por pares", D. Rennie, el editor
de JAMA, extracta el siguiente párrafo de una editorial
denunciando los decepcionantes estándares que prevalecen en
el teóricamente riguroso proceso de selección de los
artículos científicos que finalmente aparecen en las
revistas: "One trouble is that despite this system (el "peer
review') anyone who reads journals widely and critically is
forced to realize that there are scarcely any bars to
eventual publication, There seems to be no study too
fragmented, no hypothesis too trivial, no literature
citation too biased or too egotistical, no design too warped,
no methodology too bungled, no presentation of results too
inaccurate, too obscure and too contradictory, no analysis
too self-serving, no argument too circular, no conclusion
too trifling or too unjustified, and no grammar or syntax
too offensive for a paper to end up in print". A
continuación nos dice Rennie que si bien los esfuerzos para
sistematizar y mejorar las revisiones de los artículos
enviados a una revista y la manera de reportar los ensayos
clínicos o los meta-análisis han llevado a un considerable
progreso, el lector medio que viaje por el campo de la
literatura médica con espíritu crítico, encontrarán todavía
con frecuencia los defectos apuntados. En efecto, más
recientemente, este autor hace el siguiente comentario "las
revistas médicas siguen plagadas de errores metodológicos,
que mejoran poco y lentamente a pesar de los intentos de
corrección de este extendido problema; por otra parte los
editores apenas hacen algo por subsanarlos". D. Altman,
experto asesor en estadística del BMJ, advirtió que a causa
de dichos errores muchos estudios publicados alcanzan
conclusiones falsas, y añade que, a pesar de ser éste un
hecho bien conocido, el progreso en su control sigue siendo
muy lento, y advierte que todavía muy a menudo la
investigación médica se hace por personal no entrenado, que
persigue objetivos equivocados, como por ejemplo el progreso
en sus carreras ("engordar el currículo".
A pesar del tabú de que los autores no deben conocer en
principio la identidad de los revisores, Rennie ha defendido
la necesidad de adoptar "open peer review systems, whereby
authors and eventually readers know the identity of
reviewers". Para este conocido editor "los argumentos
supuestamente éticos en contra del proceso abierto de
revisión por pares es lamentable e inconsistente". Godlee
también censura el dogma de que es mejor ocultar la
identidad de los revisores, alegando que el sistema abierto
tiene ventajas éticas, carece de inconvenientes colaterales
importantes, es perfectamente practicable y mejora el
crédito y la imagen científica de los propios revisores. Las
experiencias de algunas revistas como el British Medical
Journal o de BioMed Central han demostrado las ventajas del
sistema abierto de revisión, y también el International
Committee of Medical Journals Editor apoya la iniciativa de
hacer más transparente este proceso, permitiendo que autores
y revisores se comuniquen directamente a través de la red
conociendo sus identidades. Algunas revistas se mueven
incluso hacia un sistema de "pre-publication review" a cargo
de los lectores, cuyas acertadas indicaciones podrían ser
finalmente adoptadas por los autores para revisar su
trabajos. Se ha abierto la discusión sobré este tópico en el
seno del Comité Editorial de la Revista.
Otro aspecto que tocan Smith, y otros editorialistas como
Rennie y cols es el de la autoría de los trabajos; es bien
sabido que muchos manuscritos incluyen firmantes que no han
hecho nada o bien poco, excluyendo por contra a otras
personas que han realizado muchísimo esfuerzo. Por ello se
preconiza moverse hacia un sistema que cambie la "authorship"
por la "contributorship", en el que quien contribuyen al
estudio describan exactamente que es lo que hicieron.
Teniendo en cuenta los anteriores comentarios y otros de
reconocidas autoridades en el campo de la publicación
biomédica, está claro que la obligación de cualquier Comité
Editorial es evitar los vicios y desviaciones inherentes al
sistema de revisión por pares y tratar siempre de mejorar la
pobre percepción que la mayoría de los autores tienen acerca
del mismo, pero también es incuestionable que los autores
deben preparar mejor sus manuscritos persiguiendo siempre el
rigor metodológico; sin buenos manuscritos ningún cuerpo
editorial puede hacer un trabajo fructífero y digno, y
ninguna revista puede perdurar. En cualquier caso, el empeño
de Editor y revisores debería ser aproximarse al máximo a
los nuevos estándares en el proceso de revisión, y el de los
autores aplicarse una disciplina metodológica más estricta,
recurriendo a cualquiera de las múltiples guías y
recomendaciones metodológicas de libros y artículos
enfocados a la escritura y estructuración de un artículo
científico. Cómo dinamizar y convertir Revista de la
Facultad de Ciencias Médicas en un foro abierto, es una
difícil pregunta que hemos de empeñarnos en contestar.
Las publicaciones regionales en nuestra lengua representan
tan sólo el 0.1% del total de lo editado en las revistas
médicas incluidas en los bancos mayores de la literatura
biomédica. Si bien este dato revela la limitada importancia
de la contribución de los investigadores de este lado del
mundo al conocimiento global de la ciencia médica, también
enmascara la relevancia de la actividad científica
desarrollada por la comunidad científica que no puede
acceder a publicaciones en inglés, y en ningún caso debe
desanimarnos a comunicar aquello que consideremos digno de
ser compartido. Si aceptamos esto, surge la cuestión crítica
de porqué, para qué y qué publicar en la Revista de la
Facultad de Ciencias Médicas.
Alguien dijo que lo que no se escribe se lo lleva el viento,
y es nuestra opinión que a lo largo de la vida profesional
todos observamos algo digno de ser referido. Sin embargo,
una gran mayoría de los universitarios no dejan ninguna
huella escrita de su trabajo, escudándose en el argumento de
que todas sus observaciones son comunes o repetitivas, y que
el escaso valor añadido que aportarían a sus colegas no
compensa el esfuerzo y tiempo necesarios para elaborar un
escrito presentable. Aunque es cierto que sólo unos pocos
producen de manera nítida conocimiento nuevo, no lo es menos
que el conocimiento progresa porque la acumulación de
constataciones menores crea el marco o sustrato para que
algunas mentes privilegiadas generen el salto más allá del
límite que siempre separa lo viejo o ya sabido, de lo nuevo.
Se ha dicho que progresamos porque nos subimos a hombros de
los gigantes que nos preceden, pero los genios apoyan sus
pies en las minúsculas aportaciones de otros muchos.
Nuestro tiempo se caracteriza por la facilidad de la
comunicación, que asegura la inmediata circulación de
cualquier aportación por mínima y remota que sea, pero al
mismo tiempo la sobreabundancia información dificulta cada
vez más la orientación del lector que pretende discernir lo
nuevo. Este reto de la comunicación obliga a replantear
constantemente cual debe ser nuestra actitud como
profesionales inquietos por conocer, y algunos se preguntan
si no es negativo o improcedente sobrecargar el ya
abotargado depósito de publicaciones con contribuciones
menores, propiciando así lo que se ha venido en llamar
"contaminación científica" que conduce a la "fatiga
informativa" del destinatario, que a veces acaba
convirtiéndose en lo que Umberto Eco ha llamado un "imbécil
superinformado". Por eso, a uno se le ocurre que quizás
sería bueno llevar a cabo una reacreditación de las revistas
incluidas en las principales redes de datos, aplicando
niveles de exigencia progresivamente crecientes, hasta dejar
un número relativamente pequeño en cada especialidad médica
permitiendo así elevar a su vez el umbral de exigencia de
calidad (sobre todo originalidad) de los artículos
publicados.
Las razones para la creación y mantenimiento de una nueva
revista científica que representa un ínfimo canal en la
caudalosa corriente del conocimiento son varias. La Revista
es el órgano de expresión de la Facultad de Ciencias
Médicas, y tan sólo el cometido de circular la información
relacionada con la planificación y control del ejercicio
profesional de sus miembros en las vertientes asistencial,
científica y docente, tanto a nivel del pregrado como del
postgrado, justificaría su existencia. Esto es así siempre
que la Comunidad Universitaria sea vital y creadora, lo que
a su vez depende de la fuerza innovadora y el nivel
profesional, tanto académico como científico, de sus
miembros, y que además en el caso particular de nuestro país
la vitalidad no se vea debilitada por la fragmentación de lo
que debería ser un esfuerzo colectivo que nos permita tener
una mayor presencia y perdurar en el competitivo escenario
internacional.
Pero las revistas nacionales no deben ocuparse tan solo de
asuntos parroquiales dejando la publicación de la producción
científica propia para un número reducido de revistas en
cada rama de la medicina. Aunque es loable tratar de
"colocar" algunos de nuestros trabajos en revistas con un
alto factor de impacto, La Revista debe ser un foro
receptivo y de fácil acceso para reflejar la actividad
científico-académica de los universitarios argentinos, y
esta ventaja debería resultar particularmente atractiva para
los más jóvenes que pueden batir en ella sus primeras armas.
Escribir trabajos científicos de cualquier alcance supone
reflexionar, y toda reflexión lleva en sí misma el germen de
la búsqueda de lo inexplicado, que una vez entendido ha de
compartirse con los pares.
En relación con el asunto de la lengua a emplear en nuestras
aportaciones a la literatura, se puede decir que muchas
revistas brasileñas y españolas acertaron al elegir el
inglés para publicar los trabajos remitidos, aunque
aparentemente no han mejorado su nivel de impacto. En
nuestro caso el asunto es más espinoso y discutible, ya que
por un lado el castellano es hablado por más de 300 millones
de personas, y aún cuando el eco de nuestra revista sea
todavía muy limitado, no cabe duda que tiene sentido
permitir el castellano y la edición simultánea abreviada en
inglés como lenguas para publicar artículos en La Revista.
Quizás sería deseable que la proporción de artículos
publicados en inglés se incrementara, ya que es más probable
que un artículo sea leído y citado si está escrito en esta
lengua, que si tan sólo se ofrece su "abstract" acompañando
a su versión en castellano; el texto completo en inglés
aumenta las expectativas del autor de ver citado su trabajo,
e incrementa de paso el factor de impacto (aunque como vimos
en párrafos anteriores no debemos caer en el sesgo de la
impactolatría), siendo este el motivo por el que nuestro
grupo ha publicado en ella algunos artículos escritos en
ingles que no fueron enviados previamente para consideración
a otras publicaciones. No obstante, se puede comprobar cómo
artículos publicados en castellano son citados sobre las
base del "abstract" en revistas de habla inglesa. En
cualquier caso, parece apropiado dejar a la elección de los
autores esta decisión, ya que en definitiva representa una
facilidad adicional. El castellano es imprescindible para
publicar todo tipo de contribuciones relacionadas con la
práctica y la vida profesional y académica en nuestro ámbito
y además su exclusión limitaría la llegada a muchos lectores
y disminuiría la oferta de artículos escritos por autores
castellano parlantes. Algunos estudios indican que si bien
la lectura en la pantalla de un ordenador o en papel no
marca ninguna diferencia en la capacidad para retener la
información ofertada, la lectura de un artículo en la lengua
materna proporciona una retención de datos mayor que cuando
lo leído esta escrito en otra lengua.
Escribir es un trabajo duro, sobre todo en los principios,
pero se dice que la función hace al órgano. Los ingleses
tienen un dicho que reza "Avoid sitting thinking about
writing, write¡". Escribir enseña no sólo a hablar mejor,
sino a discurrir y reflexionar, y hace posible la producción
de la pequeña obra propia. Sólo si nuestros colegas jóvenes
escriben mucho y bien, la medicina argentina en general, y
la Revista de la Facultad de Ciencias Médicas en particular,
tendrá alguna resonancia en el extenso ámbito de las
biociencias. Aparte del carácter instrumental de la
escritura para difundir una contribución científica más o
menos relevante, existe evidencia científica clara de que la
escritura expresiva, exploradora y reflexiva alivia la
tensión psíquica y potencia el entendimiento, mejorando así
nuestro rendimiento intelectual; se ha demostrado también
que escribir o narrar las propias experiencias, entre ellas
algunas vividas con los pacientes, es muy importante para
entrenar a los médicos, y la emergencia y exuberante
florecimiento de la llamada "narrative based medicine" lo
ilustran bien. Alguien dijo que no somos más que nuestras
historias, y escribir y rescribir narraciones nos mantiene
alerta, inquisitivos, vivos y flexibles. Escribir permite al
autor expresar y clarificar experiencias, pensamientos e
ideas que son problemáticos y turbadores o difíciles de
delimitar, y tiene una función formativa más profunda que
hablar o pensar. Una ventaja de lo escrito frente a lo
hablado o lo pensado, es que permanece sin variación en la
página que lo vio nacer, pudiendo así ser trabajado al día
siguiente o un año después si se quiere.
Pues bien, esta Revista está abierta y necesita de la
creatividad, inteligencia, generosidad, capacidad, acabada
formación, trabajo, rigor científico, metodológico,
estadístico y lingüístico para expresar con claridad sus
contribuciones, y aportes al conocimiento. Como se ve, todo
depende de nosotros. ¡Qué desafío señores!
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