REVISIÓN
MECANISMOS DE SEÑALIZACIÓN
CEREBRAL DURANTE LA SEPSIS NEONATAL
Brain signaling mechanisms during neonatal sepsis
Dr. Eduardo Cuestas*, Med. Alina Rizzotti+ y Med.
Guillermo Agüero#.
Revista Facultad de Ciencias
Medicas 2010; 67(3): 108-111
Correspondencia: Dr. Eduardo
Cuestas.
*+#Servicio de Pediatría y Neonatología. Hospital Privado.
Av. Naciones Unidas 346. X5016KHE Córdoba-Argentina. Tel:
0351-4688241. Fax: 0351-4688286. e-mail:
ecuestas@hospitalprivadosa.com.ar
*Cátedra de Clínica Pediátrica. Facultad de Ciencias
Médicas. Universidad Nacional de Córdoba.
*Cátedra de Metodología de la Investigación y
Bioestadística. Facultad de Medicina. Universidad Católica
de Córdoba.
Los autores no poseen conflicto de intereses
Financiación: fondos propios
Criterio de autoría: GA y AR realizaron la búsqueda
bibliográfica, participaron en la selección y análisis de la
bibliografía y redactaron los borradores del manuscrito. EC
concibió la idea de la revisión, realizó la selección y
análisis crítico definitivo de la bibliografía, efectuó la
corrección de los borradores y redactó la versión final.
Introducción
La sepsis es un síndrome clínico que refleja una
respuesta inflamatoria sistémica descontrolada ante una
infección. Incluye la presencia de un agente infeccioso y al
menos algunos de los signos de respuesta inflamatoria
sistémica, como alteraciones de la regulación térmica y
cambios en la frecuencia cardíaca y respiratoria que suelen
ser inicialmente imperceptibles. Cuando la respuesta
inflamatoria sistémica se mantiene y agrava el paciente
desarrollará disfunción orgánica múltiple, con diferentes
grados de shock, seguidos eventualmente por la muerte(1).
Esta enfermedad afecta principalmente a los neonatos
prematuros y a recién nacidos con patologías que requieren
cuidados invasivos. La prevalencia de un episodio de sepsis
confirmada por hemocultivo en prematuros es de 21%, y la
mortalidad entre éstos alcanza a 18%(2).
La presencia de sepsis recién se sospecha cuando el paciente
presenta síntomas y signos de descompensación, lo cual
dispara un algoritmo diagnóstico que incluye pruebas
bioquímicas y bacteriológicas, mientras se inicia un
tratamiento antibiótico empírico y medidas de sostén. Esto
implica que el diagnóstico se realiza cuando los pacientes
presentan diferentes grados de deterioro que puede aumentar
la mortalidad hasta 40% y eleva las secuelas entre los
sobrevivientes
(3), por ello la
detección temprana y oportuna de la sepsis neonatal
ofrecería una oportunidad inigualable para mejorar estos
indicadores.
Las estrategias de investigación que se han focalizado en el
estudio de combinaciones de pruebas bioquímicas y clínicas
para el diagnóstico temprano de la sepsis han fracasado
debido a su baja sensibilidad y especificidad, ya que no se
ha podido desarrollar un panel de pruebas considerado ideal
(4).
Un nuevo paradigma en la investigación clínica de la sepsis
se basa en técnicas de análisis no lineal de series
temporales mediante el monitoreo continuo de variables
fisiológicas como la frecuencia cardíaca, a fin de detectar
la presencia de reducciones de la variabilidad y
desaceleraciones transitorias que aparentemente acurren en
fases preclínicas de la enfermedad. Este monitoreo
sistemático habría permitido en algunos estudios
experimentales el diagnóstico y tratamiento de la sepsis en
recién nacidos asintomáticos, disminuyendo considerablemente
la morbimortalidad
(5).
Esta revisión repasa cómo la infección al desencadenar una
respuesta inflamatoria sistémica afecta el sistema de
señales cerebrales que inducen por vía autonómica la
disfunción del corazón y los fundamentos básicos del
monitoreo continuo de las características de la frecuencia
cardíaca como así también su utilidad para el diagnóstico de
sepsis
Infección, Inflamación y tráfico de mediadores hacia el
SNC
La respuesta innata del sistema inmune da origen a
diferentes mediadores capaces de activar y producir cambios
metabólicos en todos los tejidos de manera que cuando un
microorganismo es reconocido se activa la liberación de
citoquinas pro-inflamatorias desde el sitio de la infección
hacia el torrente circulatorio. El aumento de Interleuquina-1(IL-1),
acrecienta la concentración hipotalámica de noradrenalina
(6), mientras que
interferón α (IFα) e Interleuquina 1β (IL-1β) producen una
amplificación de la actividad simpática en los órganos
circumventriculares
(7).
El principal mecanismo de ingreso de citoquinas al cerebro
es la difusión pasiva a través de la barrera
hematoencefálica, primero hacia los órganos
circumventriculares y luego vehiculizadas por trasportadores
activos se dirigen a los receptores ubicados en hipotálamo,
hipocampo, amígdala, locus coeruleus y núcleos autonómicos
del bulbo raquídeo y la médula espinal
(8).
Finalmente mediadores como IL-1, IL-2 y FNT activan las
células endoteliales o de la microglía (por una vía
dependiente de la ciclooxigenasa II) para producir
prostaglandina E2. De manera similar se produce la
activación de la oxido nítrico sintetasa
(9)
(ONS).
Los mecanismos de señalización cerebral durante la sepsis
El cerebro tiene la función de organizar la respuesta
del huésped al estrés infeccioso. El nervio vago y los
órganos circumventriculares son las dos principales vías que
vehiculizan las señales cerebrales durante la sepsis,
mientras que el cortisol suprarrenal ejerce efectos de
retroalimentación negativa. El nervio vago es un sensor
visceral de inflamación dotado de receptores de citoquinas
cuyas fibras aferentes terminan en el núcleo tracto
solitario conectándose con el núcleo paraventricular del
hipotálamo, área postrema, lámina terminal y otros núcleos
neuroendócrinos próximos a la hipófisis. Todos éstos
expresan componentes del sistema inmune innato y poseen
receptores específicos de citoquinas y otras sustancias pro-inflamatorios.
Las estructuras cerebrales involucradas en la respuesta a la
sepsis son: sistema límbico (amígdala e hipocampo), eje
hipotalámico hipofisario y sistema noradrenérgico / locus
coeruleus. A su vez, el área prefrontal dispara la respuesta
al estrés mediante la producción de factores liberadores de
hormonas y péptidos, incluyendo catecolaminas
(10).
En conclusión, las fibras eferentes vago tienen un
papel crucial en la regulación de la actividad cardíaca,
pulmonar y gastrointestinal. El nervio además posee una
función antiinflamatoria o respuesta antiinflamatoria
colinérgica, la cual frena a nivel visceral la producción de
citoquinas mediante la liberación de acetilcolina que se une
a los receptores nicotínicos de los macrófagos
(11-13).
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